El último de los guardias no tuvo nada que hacer antes de que Taehyung lo noqueara de un puñetazo, volvió para darle la orden a Seok de no dejar que nadie pasara hasta que él saliera y se encontró con los ojos de Min—protegeré a su alteza el príncipe Jeon a costa de lo que sea—afirmó el hombre sin dejar que Taehyung despegara los labios.

—No permitas que nadie ingrese en esa tienda.

Min asintió y con tranquilidad se volvió para acomodar los cuerpos de los soldados de forma que no se vieran.

Taehyung continuó su camino hacia la tienda más grande, habían otras alrededor, pero se encontraban vacías, quizá lo ordenaron cuando se desató el problema, ahora que estaba más cerca pudo escuchar la voz del rey, el olor metálico de la sangre le inundó las fosas nasales cuando entró en la tienda. DongSuk se volvió a mirarle en el momento en que el frufrú de la tela al ingreso del extraño lo distrajo de sus propósitos, el rey tenía las dos manos alrededor del cuello de Jungkook que apretaba con fuerza.

Los ojos del rey eran púrpuras al igual que los de Jungkook más no tenían nada que ver con los del omega, los del alfa eran desabridos, a Taehyung se le antojó sacarselos con las manos.

—Quie-

—Sueltelo.

La voz de Taehyung fue estremecedora, un barítono que casi llega a ser rugido, Jungkook poco podía ver debido a la mueca de congoja que estaba formando con el rostro, pero se alegró y se asustó al mismo tiempo de que su alfa hubiera llegado.

—A mí nadie-

Un puñetazo en la quijada, solo eso bastó para que el rey soltara el cuello de su hijo cayendo al suelo con algo de desorientación, el golpe fue de considerable fuerza. Kim Taehyung acababa de golpear al rey de Corea y le importaba una mierda.

Dongsuk se volvió a ver al recién llegado, desconcertado por la falta de cortesía en su trato y lo dedujo, este debía ser el hombre por el que le estaba solicitando a Jungkook que abriera la boca, de otra forma el aparecido no tendría la osadía de comportarse así frente a dos miembros de la realeza. Obviando que rompió más de una veintena de convenciones sociales el alfa más joven se colocó delante del omega bloqueando esos ponzoñosos orbes morados de este, listo para acabar con el rey de Corea ante la mínima señal de avance hacia Jungkook. Todavía mostraba los colmillos y permanecía con las manos hechas puños a los costados en una actitud de ataque.

—Así que es él—la voz de DongSuk sonó con un rencor muy particular.

Jungkook soltó un jadeo, la garganta le dolía de la fuerza que ejerció su padre hace unos instantes en tanto las lágrimas le empapaban las mejillas, tomó la manta que le llegaba poco más arriba de las rodillas y se cubrió la desnudez.

El rey miró a Taehyung, reconociéndolo vagamente como el comandante de la guardia real, su expresión despectiva se hizo patente—¿Dejaste que un miserable como este te diera su marca?—preguntó casi vomitando—¡¿Cómo pudiste?!—bramó una vez más, pero solo se encontró con el silencio.

El rey se incorporó ante la mirada impávida del alfa más joven, dio un paso al frente y Taehyung gruñó una vez más, le saltaría al cuello de hacer falta, pero ese infeliz no le volvía a poner un dedo encima a su omega.

—Dile a este don nadie que no se meta en nuestros asuntos Jungkook—ordenó, demasiado consciente de que no le podía hacer frente a ese alfa, el aura de Tae en ese momento quemaba con la intensidad del sol, la mandíbula del rey todavía pulsaba del golpe que recibió hace un momento. Dedujo igualmente que ese comandante debió haber reducido a los guardias que estaban afuera si llegó hasta ahí, por lo que no tendría mucha ventaja en un combate uno a uno.

Limerencia. [Vkook] Omegaverse.Where stories live. Discover now