Seis

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Taehyung se disculpó con la mirada después de atreverse a besarlo al comprobar que no estaba en medio de un episodio alucinatorio, bueno, eso era mucho decir, apenas se trató de un choque entre sus labios patrocinado por la emoción que los envolvió al momento de su confesión, pero para el alfa fue ambrosía.

Por su parte su alteza con los labios vibrantes y las mejillas sonrosadas quería más, pero unos repentinos golpes en la puerta hicieron que volvieran a la realidad y por tanto a su papel. Jungkook se levantó con velocidad moderada, acostumbrado a disimular sus emociones alteradas rectificó que su aroma no hubiera cambiado gracias a todas las emociones que sintió, embarró un poco del neutralizador en su cuello y autorizó la entrada del sanador que se había anunciado.

—Su alteza, es hora de la medicina para el joven soldado—se escuchó la voz ahogada del sanador al otro lado de la delgada puerta.

—Adelante—autorizó con solemnidad—yo ya he de retirarme—y el príncipe salió sin mirar atrás, pero con los labios ardiendo y todo hirviendole con fuerza.

Era la primera vez que Jungkook se sentía en alguna medida afortunado de ser un... omega y nunca contó con que algo así ocurriera, la efervescencia de la emoción recién descubierta le hacía creer que el suelo era de nubes, pues sentía que caminaba entre algodón mientras los labios le ardían con viveza. Pero no iba a ser ni de lejos la única, al día siguiente su alteza volvió a visitar al alfa con "la suerte" de que esta vez también el soldado estaba solo.

—Buenas tardes—saludó su alteza con cortesía y las mejillas rojitas de anticipación. Consideraba un tanto inmaduro el sentirse tan tímido más no podía evitarlo por lo que pese a la vergüenza que sentía actuaba con toda la dignidad que su rango requería.

—Su alteza—Taehyung sonrió grande,desde el fondo del alma, porque ayer cuando terminó de beber del té medicinal que le traían y el aroma de Jungkook ya se hubiera desvanecido de la estancia se preguntó si todo lo que sucedió había sido real, si realmente tuvo el privilegio de rozar la textura de esos labios, y la presencia avergonzada del omega en el umbral lo confirmaba ¡que dicha sintió en el corazón! —¿Cómo hace para verse tan hermoso?—iba a decir radiante, pero ¡Al carajo! Ese omega era precioso.

Jungkook no creyó que alguna vez se iba a sentir tan complacidamente intimidado, nervioso, excitado, su omega no había dejado de agitar la cola desde la mañana más cuando soñó ese beso toda la noche, lo veía detrás de sus párpados—Qué cosas dice, ¿Cómo se siente?

—Feliz de que venga a verme—fue brutalmente sincero.

Su alteza se encogió un poco en vergüenza—siempre se conduce de esa forma tan desvergonzada—regañó con amabilidad, dando a entender que le sorprendía más no le molestaba, como tampoco lo hacía que el alfa se olvidara por completo de los "protocolos" con los que debía tratarle.

Taehyung sonrió, le gustaba mucho provocar esa expresión de perplejidad en su alteza, casi estaba seguro de ser el único que viera esas expresiones, no creía que hubiere en el reino alguien más que tratara a su alteza con esa soltura, que pudiera ver sus mejillas como fresas maduras y sus ojos tan brillantes como la noche más despejada—tengo que confesar que me complace ver algo de rubor en sus mejillas, y que yo sea quién lo provoque—dada la confesión del día anterior el alfa se sentía con más confianza frente a su alteza y al tenerle nuevamente cerca resolvió ir a por él con todo lo que tenía.

—Cuando se recupere voy a darle otra paliza—declaró Jungkook con una actitud juguetona.

—Auch—el Alfa hizo un gesto como si le doliera el pecho—mi orgullo.

Su alteza dibujó una enorme sonrisa en su rostro y el soldado fue testigo de como unas arruguitas se le formaban en las esquinas de los ojos, una serendipia de lo más afortunada. ¿Cuánto más podría verse atractivo?

Limerencia. [Vkook] Omegaverse.Where stories live. Discover now