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En la penumbra del nuevo refugio que París les ofrece, Jungkook, con su violín como guía, comparte con Jimin las promesas de un hogar en las notas de la noche.

— En estas calles empedradas, donde las sombras se deslizan como poetas fugitivos, mi mirada será tu hogar. No es un lujo, pero es una ofrenda sincera —declara el azabache, sus palabras como notas suaves que acarician el aire.

Park, sintiendo la generosidad de Jungkook, encuentra consuelo en sus palabras. La idea de un hogar, resuena en su corazón como una melodía de esperanza.

— No hay rincón tan modesto que no pueda ser acogedor. Tu mirada, como una luz en la penumbra, será mi guía en este nuevo capítulo que escribimos juntos —responde Jimin, sus palabras como versos que se entrelazan con los de Jungkook.

Jeon, con una calidez que emana de sus palabras, conduce al rubio a la habitación que antes pertenecía a su hermano. El cuarto, impregnado con la esencia de recuerdos que flotan en el aire, se presenta como un santuario que espera ser llenado con nuevos capítulos.

— Esta habitación fue el reino de mi hermano, ahora será tu refugio. Las sombras que puedan habitar en ella serán disipadas por la luz que tú traes —dice el mayor, su tono de voz como un susurro de bienvenida.

A pesar de la amabilidad de Jungkook, Jimin se siente conmovida por la oferta y una sensación de fragilidad se apodera de él

— Lamento ser una carga, Jungkook. Apenas nos conocemos y ya estoy invadiendo tu espacio —se disculpa Park, sus palabras como suspiros de incertidumbre.

El mayor, con una sonrisa que lleva consigo la promesa de un consuelo, niega con la cabeza.

— Jimin, no eres una molestia, eres la nota que le faltaba a mi composición. Este hogar, está ansioso por acogerte. —declara Jungkook, sus palabras como una sinfonía que disuelve cualquier rastro de duda.

Así, en la penumbra de la habitación que ahora será su refugio, Jimin siente que las sombras se desvanecen ante la luz de la amabilidad de Jungkook. La Ciudad de la Luz, testigo de esta nueva página en sus vidas, se convierte en el escenario donde la música y la generosidad se entrelazan, creando una melodía de aceptación y esperanza.

                             (  ...  )

En la acogedora casa de Jungkook, el aroma de una cena parisina preparada con esmero flota en el aire. La mesa está adornada con la sencillez que evoca el encanto de la Ciudad de la Luz, y las velas titilan suavemente, creando una atmósfera íntima.

Jeon, con su habilidad culinaria heredada de su abuela, sirve platillos que son pequeñas obras maestras en sí mismos. Una botella de vino añejo, un regalo de un amigo apasionado por la enología, completa la experiencia gastronómica.

— Jimin, la cocina es mi otro escenario. Mi abuela me enseñó que la pasión por crear no se limita solo a la música —comenta el pelinegro, su voz resonando con gratitud por los recuerdos compartidos con su abuela.

Mientras disfrutan de la cena, Jeon comparte anécdotas de su abuela y las historias detrás de sus recetas. Jimin, aunque al principio se siente un poco abrumado por la generosidad de su adversario, comienza a relajarse ante la calidez de la velada.

— Esta herencia, tanto la culinaria como la financiera, son tesoros que me permiten vivir de la manera que más valoro: rodeado de arte y creatividad —expresa Jungkook, su mirada reflejando la pasión que tiene por la vida.

En un intento de aliviar cualquier atisbo de melancolía que Park pueda sentir, Jungkook se embarca en una misión: hacerlo reír. Su sentido del humor, alegre y espontáneo, se convierte en un bálsamo para el alma de Jimin.

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⏰ Last updated: Nov 30, 2023 ⏰

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Sinfonías Cromáticas » KOOKMIN.Where stories live. Discover now