La venganza de Andrada

Comenzar desde el principio
                                    

—Vale, el Colmillitos te quitó tu castillo y se comportó como el idiota que siempre ha sido hace ni se sabe cuántos años. ¿Cómo te puede haber dado eso ideas para terminar con él? Porque te recuerdo que solo puedes terminar con un vampiro si destruyes su cuerpo lo suficientemente rápido como para que no se recomponga. No solo no se me ocurre forma alguna de hacer eso fácilmente, sino que ni siquiera sé cómo podrías acercarte lo suficientemente a él para descuartizarle. Ya hemos tenido esta conversación decenas de veces.

El recuerdo de mi experiencia con Vladimir tuerce mi rostro en un gesto de desagrado similar al que esbozó mi amiga. Sus experiencias también guardaban cierto parecido, pero en mi caso, no conocí a Vladimir hasta mi "nacimiento" como bruja.

Hace unos seiscientos años, yo era una pobre campesina de Rumanía cuya vida consistía en labrar la tierra y prepararme para ser esposa y madre en cuanto pudiera quedarme preñada. Esa perspectiva me atraía muy poco, por lo que rechacé al chico con el que querían casarme mis padres. Él, despechado y enrabietado, se aprovechó de la idiotez de la sociedad y me acusó de bruja por saber leer, conocimiento ajeno a cualquier campesino idiota como él. Como podréis imaginar, no tardaron en quemarme en la hoguera sin más miramientos, consiguiendo paradójicamente lo contrario a lo que deseaban: que naciera una bruja.

Sí, así es como nacen gran parte de las brujas, exactamente como creen matarlas los humanos.

Recién convertida en monstruo, desperté en el Reino del Horror, confusa y sola, por lo que todas las criaturas que pudieron se aprovecharon de mí y me humillaron durante años hasta que dije basta. Aprendí a usar mi poder y les expulsé de esta región, quedándome con todas sus haciendas como venganza... excepto la de Vladimir. El vampiro logró que cayera en sus redes y me enamorase de él para luego tratar de matarme y arrebatarme todo lo que había conseguido. Por fortuna, logré escapar de sus colmillos y empecé a controlar mis nuevos dominios desde el bosque, donde conocí a Medusa. Era inevitable que nos hiciéramos amigas teniendo en cuenta lo similares que habían sido nuestras experiencias y personalidades.

—Lo de acercarnos a él no será un problema. Ya sabes que su condición para quedarme con el castillo era casarme con él para servirle. Él mismo nos ha dado la pista necesaria para hacer eso. Es el asunto de terminar con su paliducho cuerpo lo que me ha estado rondando la cabeza.

—Tu uso del plural me preocupa, Andrada. Hasta donde yo sé, no tenemos ningún plan contra Vladimir.

—Hasta ahora —digo con una sonrisa misteriosa, pagada de mí misma—. Creo que he dado con la clave para terminar con Vladimir y tú eres la clave para que salga bien.

Si sus ojos fuesen visibles, Medusa estaría abriéndolos ligeramente, sorprendida ante la afirmación de su mejor amiga.

—¿Yo? ¿Por qué?

—Sigues teniendo buena relación con Escila y Caribdis, ¿verdad?

—Claro, ya sabes que voy a la playa a menudo a verlas. ¿Por qué?

Mi sonrisa se ensancha y ya soy capaz de ver el cuerpo de Vladimir siendo destruido irreparablemente.

—Porque las cuatro vamos a organizar una noche de chicas que no olvidaremos jamás.

*

La enorme puerta de doble hoja resuena cuando las aldabas entran en contacto con el metal bajo ellas. Las puertas del imponente castillo apenas tardan unos segundos en abrirse y me sorprende ver al propio Vladimir recibiéndome en lugar de uno de esos demonillos que trabajan para él. Probablemente le haya avisado uno de sus siervos al verme por un ventanal y quería pavonearse directamente en mi cara.

—Vaya, vaya, pero si es la dueña de cada centímetro del reino... ¡Ah, no, espera! Si a la brujita que quiere ser princesa le falta su castillo, ¡qué pena!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 25, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Antología: Joyas de Chick Lit Donde viven las historias. Descúbrelo ahora