JungKook es una alfa, dueño de una empresa millonaria, con un hijo de 15 años. Su infancia fue la mejor, su adolescencia no lo fue, pero su adultez mejorará; solo es cuestión de entrar a la floristería y reencontrarse con su mejor amigo de la infanc...
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La pareja Kim intentaban calmar el llanto de su bebé, TaeHyung no paraba de derramar dolorosas lágrimas desde que salieron de la casa Jeon.
El pequeño alfa se sentía perdido, su lobito se encontraba enroscado en sí mismo mientras sollozos pequeños salían de sus labios. Lo único que repetía el lobito en sus lamentos era:
Mi alfita, mi alfita...
Su pecho dolía, con tan solo tres años, TaeHyung estaba experimentado el dolor de dos almas gemelas siendo separadas.
— Ya, ya — JiSoo acariciaba los rizos de su cachorro, el lazo que lo unía con su hijo se encontraba un poco triste.
— TaeHyung, deja de llorar... Mami está angustiada y embarazada — Jennie da una mirada de reojo a su hijo, mientras manejaba hacia el aeropuerto.
— Estoy bien — JiSoo llena de su aroma a su hijo, quien se queda dormido en el pecho de su mami Omega — Solo me hace sentir mal, eran muy grandes amigos.
Jennie suspira — Lo sé... Siento mucho tener que hacer esto.
— No te preocupes, alfa, el trabajo lo amerita.
◇◆◇◆◇
Años después...
— Vamos, Lisa, debes caminar como yo — TaeHyung sostiene las mejillas de su hermana — Así podremos correr por la sala — ríe junto con la bebé.
Los meses después de ese gran dolor pasaron rápidos para TaeHyung, el alfita sentía a su lobito un poquito triste, pero algunos correteos en el parque junto a su mamá alfa le ayudaban un poquito.
La pareja Kim se volvió muy reconocida en la ciudad donde habitaban, todos miraban el amor hacia sus hijos, como Lisa y TaeHyung eran las perlas más preciadas de la pareja.
TaeHyung, con cinco años, es el niño más hermoso y adorable que exista, el mejor en su salón, aunque a veces llegaba llorando por no ver a Kook en la mesa. JiSoo tenía la obligación de llenar a su cachorro de besos y de su aroma dulzón para apaciguar ese llanto.
El alfita consiguió un grupito de amigos en la escuela, Jennie se encontraba feliz por las amistades de su cachorro, aunque a veces haga cara extrañas al ver a su hijo intentar colocarse algunas joyas de JiSoo.
Ahora, el pequeño alfa intentaba enseñarle a su hermana a caminar. Lalisa gateaba de forma estupenda, una bebé Omega que lograba perderse en cuestiones de segundos.
— ¡Nano! — Lisa alza sus manos hacia TaeHyung, quien agitaba las suyas en una distancia considerable.
— Ven, Lisa, ven — el alfita aplaude al ver a su hermana dar unos pasos — ¡Eso! — El grito asustó un poco a la omeguita que cayó en sus pompis, pero la risa fue la que hizo que los nervios de TaeHyung se fueran.
