10-Encierro

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-Aburrida...aburrida...aburrida...aburrida - murmuraba una y otra vez una niña morena mientras tiraba una pelota de goma contra la pared una y otra vez.

-Vas a dejar marcas por toda la pared - masculló Reiji mientras entraba a la habitación con una bandeja de comida.

-Estoy aburrida - murmuró Sayumi mientras dejaba caer los brazos a sus lados ocupando todo el ancho de su cama.

-Es solo un par de días - dijo Reiji de vuelta con los hombros tensos mientras dejaba la bandeja en la mesita de noche.

-Reiji...podrías traerme algún libro ¿aunque sea? - preguntó la niña sentándose en la orilla de la cama al lado del moreno.

-Sayumi...dejarás tu esencia en el libro - murmuró el moreno apretando ligeramente la mandíbula.

-¿Entonces que quieres que haga si me aburro? - preguntó Sayumi cogiendo la manga de Reiji con el ceño levemente fruncido y las mejillas ligeramente infladas. Antes de que sintiese como una mano la empujaba del hombro haciéndola pegar la espalda contra el colchón, sintiendo un peso contra su pecho.

-Te estás empezando a portar mal...Sayumi...-murmuró Reiji rozando con su aliento la piel sonrosada de la morena, mientras observaba con detenimiento como las pupilas de la niña se dilataban lentamente.

-Mentira...-murmuró con un hilillo de voz, mientras sentía un nudo en la garganta, a la vez que notaba como una de las manos de Reiji se aferraba a su pequeña cintura, pegando ligeramente su pecho al suyo, casi agotando el espacio entre ambos.

-¿Acaso me estas rebatiendo? - preguntó esbozando una ladeada sonrisa, asomando ligeramente los colmillos por encima de su labio inferior.

-Rei..ji...-murmuró la morena cerrando con fuerza los ojos, y empujando al moreno todo lo que podía del pecho.

-No sabes cuanto he esperado por esto...-susurró a escasos centímetros de su piel, mientras abría lentamente su boca para poder abarcar más palidez entre sus labios.

-¡Para! - gritó Sayumi notando las pestañas húmedas y el dolor de sus brazos al tratar de empujar un peso muerto como era en ese momento el cuerpo del moreno, que dio un imperceptible respingo, pestañeando un par de veces para alzarse lentamente hasta quedar arrodillado sobre la cama, con una pierna entre las de Sayumi y una mano a cada lado de su cadera.

-Sayumi...yo...

-Déjame...-murmuró con un brazo por encima de sus ojos, mientras mantenía la cabeza girada hacía la izquierda.

-Pero Sayumi yo...

-¡Fuera! - volvió a gritar notando como las pequeñas lágrimas caían en dirección a su cuello, cuando apretó con fuerza los ojos al gritar.

En menos de unos minutos Reiji ya no se encontraba en la habitación, había desaparecido ese peso extra de su cama en cuanto dio la orden, permitiendo que ella se hiciese un pequeño ovillo en el centro de la cama.

¿Porqué de pronto me ha invadido una sensación de miedo al ser mordida? pensó la morena mientras abrazaba con fuerza la almohada.

-No quiero...ser solo un simple recipiente...-susurró con los ojos cristalinos, antes de cerrarlos al amanecer.

Sabía que la matarían, que se quedarían sin palabras, la regañarían, la castigarían, y luego de ello la matarían...pero sentía la necesidad de marcar la diferencia...algo dentro de ella se movía con fuerza cada vez que alguno de los chicos se acercaba a ella, cada vez que la tocaban, cada vez que la miraban, cada vez que le hablaban...y se le estaba yendo de las manos, había pasado un año desde su primer...incidente femenino, si, incidente, era algo que solamente le traía problemas, ocasionaba que se quedase días encerrada en su cuarto y que los chicos se alterasen cada vez más, y los encuentros con alguno de ellos cuando decidía portarse mal, le ponía la piel de gallina, llenándola la tripa de mariposas, y se le acelerase el corazón.

The Little SakamakiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz