2- La Pequeña Sayumi.

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-Onii-chan -dijo la niña tirando del brazo de Shuu, el cual no le dijo nada de vuelta - Onii-chan -dijo está vez más fuerte haciendo que el rubio abriese los ojos con el ceño levemente fruncido.

-¿Que te pasa? - Preguntó con frialdad apoyándose en sus antebrazos para mirar a la niña con su penetrante mirada.

-Tengo hambre...-murmuró la niña bajando la mirada, mientras movía de lado a lado su pequeña falda azul mientras apretaba los labios.

-Ves a decírselo a otro - dijo Shuu dejándose caer de nuevo sobre el sofá.

-Es que ya se lo dije a Ayato, que me dijó que se lo diga a Kanato por que el estabá limpiando su muñeca grande, y fuí a decírselo a Kanato, pero no me invitó de sus dulces y me mandó a que se lo dijese a Laito, pero Laito al parecer estabá ocupado ordenando su ropa, aunque era de niña, entonces me mandó a que se lo diga a Subaru, pero estabá metido en su caja y no me quería abrir, y él me mandó a dónde Reiji, pero el me dijo que estabá ocupado con un experimento y me mandó a decirtelo a tí - dijo la niña, mientras con cada palabra zarandeaba el brazo del rubio, que no sabía si llorar de la ineptitud de sus hermanos, o de la voz de la niña al relatar todas esas cosas absurdas - asi que...¿me puedes hacer algo para comer...Onii-chan? - Preguntó la niña con una tierna sonrisa y las mejillas algo sonrosadas.

-Tsk...que molestia...-dijo el rubio sentandose en el sofá con una pierna sobre el tobillo de la otra, mientras se rascaba el pelo con una mano ¿Qué comen las niñas humanas? Fué la pregunta que invadió la mente del rubio, mirándo de reojo como la niña permanecía a la espera de que se levantase - bien...vamos...- dijo con pesadez levantándose ante la chispeante mirada de la niña, la cuál, segundos después de que el rubio estuviese de pie, le tomó de la mano con una tierna sinrisa y con sus mejillas teñidas de un leve rosa bebé.

La pequeña, ahora Sakamaki, solo llevabá un día en la mansión, se había pérdido ya un centenar de veces en los pasillos de la casa, y ya había vuelto locos a los distantes hermanos, que solo acudían a ella cuando esta se ponía a llorar por no saber donde estabá, para dejarla en su habitación y volver a hacer sus cosas.

La pequeña aún no entendía que para los hermanos erá una molestia, cada vez que se encontraba con uno no podía evitar sonreír y abrazarle de las piernas o tomarle de la mano, y es que lo que no comprendían los hermanos, es que esa pequeña de cuatro años ya los veía como su familia, ella no guardaba recuerdos de sus padres, erá demasiado pequeña como para explicarle como murieron para que ella lo entendiese, y cuando KarlHeinz le dijo que ellos serían su familia, la niña no lo dudo dos veces en creerlo así.

-¿Y qué comes habitualmente? - Preguntó el rubio apoyando una de sus manos en la isla de la cocina.

-Mmm...heladu...-dijo la niña apretando los labios hacía dentro desviando la mirada, mientras estiraba los bracitos hacía atrás.

-¿En serio? - Preguntó de nuevo el rubio alzando una ceja.

-No...- dijo la niña inflando las mejillas mirándo al rubio, y retorciendo sus manitas sobre su tripa.

-¿Entonces? - Preguntó el rubio empezando a notar como le palpita la vena de la sien.

-Puez...jamón...y queso...-dijo la niña pensativa zarandeandose de adelante a atrás sobre sus pies.

El rubio evitó abrir la boca, sacando de la nevera un taco de jamón y otro de queso a medio comer, poniéndolo sobre la mesa, para después sentar a la niña en la isla, al lado de donde había dejado la comida, para después coger un cuchillo y dejarlo entre la niña y la comida.

-Que aproveché - dijo Shu antes de salir del lugar con un pequeño bufido y deseando volver a dormirse.

-Shu, ¿has visto a la enana? - Preguntó Ayato llegando al salón junto a Laito.

-La dejé en la cocina hace veinte minutos con algo para comer...-murmuró el rubio medio dormido, sin molestarse en abrir los ojos.

-¿Sola?

-¿En la cocina? - Preguntó Laito continuando a Ayato, antes de que ambos girasen en dirección a la cocina, deteniéndose con un sudor frío en la nuca, bajo el marco de la puerta.

-¡Sayumi! - gritó Ayato de tal manera que hizó que la niña tirase el cuchillo que tenía en las manos, y medio cuerpo se echase hacía atrás precipitándose de la mesa al suelo.

A la pequeña morena no le dió tiempo a emitir un grito, antes de siquiera sentír la gravedad arrastrandola hacía abajo, unos brazos la tenían sujeta, mientras el castaño suspiraba ajustando sus brazos en torno al pequeño cuerpo de la niña.

-Ayato...casi la matas - murmuró el castaño con una sonrisa sombría.

-La culpa es de Shu por dejarla sola en la cocina, con un maldito cuchillo - dijo el pelirrojo acercándose un par de pasos al suelo para recoger el cuchillo con el que la niña había "cortado" gran cantidad de veces a los tacos de comida.

-Gomen...-murmuró la niña poniendo un cómico puchero, y con la mirada baja.

-Mírate estas llena de queso y jamón - dijo Laito con una sonrisa divertida antes de pasar su lengua sobre la mejilla de la niña, que estabá salpicada de pequeños trozos de comida.

-Nyaaa - dijo la niña pasándose la manga de su nuevo vestido sobre la mejilla babeada -azco - dijo sacándole divertida la lengua a Laito sin evitar poner una infantil y juguetona sonrisa.

-¿Te doy asco? - Preguntó Laito de vuelta alzando una ceja hacíendo reír a la niña que se tapó la boca con ambas manos.

-¿Te das cuenta de lo que casi pasa por tú culpa? - Preguntó Reiji con unos dedos en el puente de su naríz.

-Pero no pasó, caso cerrado - dijo el rubio empezando a tamborilear con su pierna izquierda, mientras tenía los codos apoyados en sus rodillas.

-¡Sí algo le pasa a esta niña, esa persona la tomará con nosotros imbecil! - gritó Reiji hacíendo saltar a la niña en los brazos de Laito de la impresión, por lo que está empezó a menear las piernas para que el castaño la bajase.

-Es mí culpa, no de Onii-chan...-dijo la niña bajando a lo largo de la frase el tono ante la fulminante mirada del moreno, hacíendo que volviese a retorcerse las manos bajando la mirada.

-Sayumi est-

-Es mi culpa dije -dijó zapateando una vez el suelo mordiéndose levemente el labio, antes de sentír un peso sobre su cabeza, haciéndola girarla casi como la niña del exorcista, encontrándose con una sonrisa de parte del rubio.

-No hace falta pequeña, además si que tuvé la culpa - dijo antes de levantarse de su sitio y atravesar entre sus hermanos en dirección a la puerta.

-¿Donde vas? - Preguntó la niña apoyándose en sus manos y parte de su espalda en el sofá que antes ocupaba el mayor.

-A mi cuarto a dormir, al menos allí no me molestaran - dijo esté antes de que un bostezo le cortase las palabras.

-Io también - dijó la niña con una pequeña risa cantarina e infantil antes de correr hacía el rubio abrazándole una de sus piernas y mirándo hacía arriba con una sonrisa y con esas mejillas que siempre permanecían sonrosadas.

El rubio no emitió ningún sonido, bajo uno de sus brazos para coger a la niña por debajo de uno de los suyo, para alzarla y así colocar la mitad de su peso en uno de sus hombros, sujetándola con una mano de la espalda, antes de caminar en dirección a su habitación, dejando a los demás hermanos con un sentimiento extrañó en el pecho.

Ois io tmb quiero un Shu como hermanito *^* que os pareció el cap? Como toy de vacas con mis primos pequeños toy inspirandome en todas esas niñerias adorables xD

The Little SakamakiTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon