Capítulo ocho

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—Por favor, regrésame a la noche en la que nos conocimos—deseé una y otra vez antes de ir a dormir, con el anhelo de revivir ese momento donde fui tan feliz.

Y aunque en un momento parecía reconfortante, luego se convirtió en una pesadilla. No bastaba con verlo en mis sueños, yo lo necesitaba conmigo en la vida real. Su ausencia se intensificaba cada vez que buscaba refugio y por más que quisiera no podía ir a tocar su puerta, cada vez que necesitaba descargarme y tenía que conformarme con una simple hoja de papel, cada vez que en mi cabeza era un caos y recordaba que él era experto en dar paz. Nunca nadie pudo entender por qué le permití hacer lo que me hizo y por qué cuando se fue lo seguí llorando como si romperme en mil pedazos no significara nada. Yo tampoco nunca pude expresar en palabras lo que me hacía sentir. Lo más cerca a describirlo era explicar el simple hecho de que cada vez que tomaba mi mano me hacía sentir invencible, como si nada pudiera derribarme. Cada vez que nos besábamos sentía dentro de mí un universo entero, repleto de estrellas y galaxias, algunas colisionando una con otras. Era una conexión llena de pasión y misterio que nunca había sentido antes, y perderla me destrozó. De amor no se muere, pero puede dejarte en coma por un largo tiempo.

Cuando terminamos me sentí perdida por completo, no sabía cómo ni hacia dónde avanzar. Tenía miedo de alejarme demasiado, hasta que comprendí que a pesar de que yo no había dado ni dos pasos hacia adelante ya no podía verlo, quien se había adelantado era él.

Eso me destrozó aun más, no podía entender por qué él podía seguir con su vida y yo había quedado estancada en el tiempo. Me prometió un "para siempre" que nunca existió.  Simples palabras vacías que, aunque para él no significaron nada, mi corazón enloqueció al escucharlas.

Pasé noches enteras en busca de soluciones para que lo nuestro funcionara, pero en realidad aquello era exactamente lo que él no quería. Lo sabía, la razón me lo decía a gritos. Aun así, yo seguí intentando, forzando una relación que ya estaba hecha pedazos. Creí ilusamente que él lo valía, pero me equivoqué.

Spoiler de la vida, tal vez nunca sanes o dejes de amarlo, pero te vas a costumbrar y a permitir soltar lo que ya te soltó. Hay que tener la humildad suficiente para aceptar que no podemos tenerlo todo, pero claramente no es fácil. Es un proceso, y como todo proceso, a veces sentirás que puedes con todo y otras veces que todo puede contigo.

Esa era una de las principales razones por las cuales no quería dejar entrar a alguien en mi vida. Sin embargo, Ciro se esforzaba en arruinar mis planes. Parecía como si realmente quería conocerme.

Ambos caminamos junto a Honey y Valley hacia su hogar. A pesar de no estar lejos, demoramos un poco más por sus piernas, tema de conversación que no quise mencionar y él tampoco. Ciro caminaba lentamente mientras miraba hacia adelante y me hablaba, me hablaba de temas que tal vez nunca se me hubiesen pasado por la cabeza. Yo me perdí observándolo. Me perdí en él. Observaba la profundidad de sus ojos, los hoyuelos en sus mejillas cada vez que sonreía, el movimiento que hacían sus rizos cada vez que se los acomodaba con su mano.

Ciro era una de esas personas que no pasan desapercibidas. Siempre alguien volteaba a observarlo, ¿Y cómo no hacerlo? Él era atractivo, combinado con su simpatía y forma de hablar, lo hacían verse mucho más interesante. Muchas personas lo saludaban mientras caminábamos, lo que me resultó extraño ya que él era nuevo en la ciudad, pero opté por omitir un comentario respecto a eso. Que sea extraño para mí que soy reservada y un poco antisocial, no significa que sea extraño para otras personas.

—Llegamos—dijo y ambos detuvimos el paso—. Bienvenida señorita Edevan, bienvenida a mi casa estúpidamente grande—comentó sarcástico.

Pero la bienvenida no hacía falta, por alguna razón sentía que ya había estado en ese lugar o en algún lugar parecido. La casa tenía tejas negras, pared de ladrillos vistos, una gran puerta y varias ventanas de madera negra, una entrada bellísima que consistía en un camino de piedras rodeado por césped perfectamente cuidado.

Hasta que sanesWhere stories live. Discover now