Capítulo 12

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Cuatro meses han pasado desde la muerte de Thomas y el nombramiento de Riley Jacobs como capitana de la estación dieciocho. Cuatro meses en los que Riley no ha parado de trabajar y ha afianzado su posición. Ya ha llegado al punto de sentirse merecedora del puesto, por fin, después de incontables llamadas finalizadas con éxito, ya no frunce el ceño cuando la llaman capitana.

Está en la cocina de la estación junto con Ben, dándole vueltas a un tema que dista mucho del ámbito laboral, mientras él le habla animadamente de algo que ella no está escuchando en absoluto. Todavía sigue pensando en el mensaje de WhatsApp que lo desencadenó todo: "Ojalá pudiese despertarme contigo mañana". Y la consecuente necesidad de mudarse con Rachel. Cada fibra de su ser le exige que se atreva a preguntarle, que dé ese paso, pero tiene miedo, miedo al rechazo, miedo a que sea demasiado pronto, incluso miedo a arrepentirse de una decisión poco meditada, llevada a cabo por sus sentimientos y no guiada por la razón, como suele hacerlo todo.

–Riley, ¿me estás escuchando? –le pregunta molesto Benedict al darse cuenta de que tiene la mirada perdida, fija en la olla en la que él remueve la comida.

–No. La verdad es que no he escuchado una palabra. Perdona –ella se frota el rostro con las manos, frustrada.

A pesar de soltar un bufido molesto, su amigo se interesa por Riley:

–¿Qué te preocupa?

Riley suelta un gruñido.

–¿Rachel? ¿Ha pasado algo?

–No –dice negando con la cabeza –todo lo contrario. Todo va bien, mejor que bien.

–¿Mejor que con...? –la mirada de Riley hace que las palabras de Ben mueran en su boca.

–Sí. Mejor. Genuinamente mejor.

–¿Quieres... hablar de ello? –le pregunta con más cuidado. Sabe que Riley es como una cebolla, hay que ir quitando capa a capa, con cautela para evitar que te lloren los ojos.

–No quiero hacerlo, pero o lo hago o acabaré saltándole a la yugular a alguien –la bombera toma aire antes de pronunciar de un tirón aquello que le pesa –Hace meses que me pregunto si pedirle que viva conmigo.

Ben exclama emocionado y da la vuelta a la isla de la cocina para ir donde está Riley y darle un achuchón, lo que hace reír a Riley.

–Pero... ¡Eso es fantástico! –continúa Ben.

–Sí, lo es. Pero hay algo que me dice que es demasiado pronto. Aún no sabe muchas cosas de mí, ni siquiera le he dicho que la quiero, no hemos ido de viaje, no...

–¿Qué aún no le has dicho que la quieres? –pregunta con expresión de absoluta sorpresa.

–Bueno, ya sabes cómo soy. No se me da bien expresarme con palabras y tampoco es que haya tenido ningún ejemplo en mi vida de cómo hacerlo correctamente.

–¿Y ella?

–Rachel es simplemente perfecta. Es mucho más cariñosa y atenta que yo. Más expresiva. Y eso me encanta. Me quiere sin más, no es que espere un simple "yo también te quiero" –Riley piensa de pronto en que, excepto Ben y Alex, todas las personas de su vida se han acercado a ella por un motivo. Sus padres la tuvieron también por un único motivo y sus presiones durante su infancia no la ayudaron lo más mínimo.

Ben la mira con desaprobación, sujetando el rostro de Riley entre sus manos.

–No seas boba, aunque no lo espere, está bien recibir un te quiero de vez en cuando. Te aporta confort, seguridad y, sobre todo, alegría.

Law and Fire - Leyes y FuegoWhere stories live. Discover now