Auspicio

Capítilo 25

Abrí los ojos con sus garras incrustadas en mi pecho, aguanté el dolor y suspiré -Shhh, nena, soy yo amor. Soy yo.

Gritaba y lloraba, cuando abrió esos ojos hermosos tenía el rostro empapado en lágrimas. -Ya estás bien preciosa- se abrazó en mi cuello mientras se calmaba. -Tienes meses con esas pesadillas, es tiempo de que...

-Van a parar, solo no me gusta verlo. Maldito imbecil, mátalo por mí- puso esos ojitos de cachorro.

-Sabes que estoy dispuesto a hacerlo, a mi también me debe aquello. Vamos a darnos un baño, así terminamos con esto y podemos volver a casa temprano.

-¿De que sirve bañarse juntos si no vas a follar me en la ducha?- reí. Cuando está mal o nerviosa sale su sentido del humor a flote, besé sus labios y ambos nos adentramos al baño -Lo siento- limpiaba mis heridas con el agua, dejará cicatriz, sus garras siempre las dejan.

-Sabes como me gusta que te disculpes.

-Pervertido.

Terminé de bañarme y luego de cambiarme la puerta fue tocada, solo había una opción, Primero no viene aquí, así que es Tercero.

-Ya casi vamos, adelantense. Rubia.

-Se llama Lorena

-Es rubia para el, yo soy su pareja y me dice castaña cada tanto.- ¿como salió tan rápido? Seguro no lleva bragas.

Salimos de nuestra cabaña, ambas hablaban delante de nosotros y así fue hasta llegar a la sala de reunión.

Sexto ya estaba ahí por lo que Mayra tomó asiento al otro extremo, yo a su lado.

La reunión inició, Cuarto trataba de delegar pues pronto será llamado, y no sabe si tardará mucho fuera de la manada como fue el caso de Tercero, así que está dejando todo listo.

No hemos tenido más ataques de vampiros así que es una preocupación menos, aún así no se puede bajar la guardia.

-Nena, haz algo ¿no? Sirve el café- la sala había quedado en silencio total al Sexto hablar, era obvio que estaba provocadola.

-Al parecer quieres que te zange el otro lado de la cara Scar.- atacó y la risa escandalosa de la rubia hizo a Quinto reír a pesar de encontrarse conteniendo a Sexto.

-No eres mi Mate, puedo matarte sin detener el Auspicio.

-Yo también puedo matarte, y también a tu reencarnación y a la siguiente luego de esa.- alegué

-No tienes tanta fuerza Segundo, aquello quedó demostrado cuando tu zorra tuvo que salir en tu auxilio.- la rubia volvió a burlarse y aquello hizo enojar más a Sexto.

-Deja de fruncir ese seño guapote, disimula al menos un poco el queso. Jalatela o algo, no dejes vencer esa leche mi amor, ¿necesitas ayuda?

-Lorena- el tono de advertencia de Tercero hizo a Quinto carcajearse y a la rubia también. Gruñó.

-Osito- no me llama así a menos que no quiera joderle la paciencia a Sexto en una de las reuniones -Voy a casa a guardarte de comer. Hay mucha perra aquí- miró a Sexto -Y no lo digo por ustedes chicas.

Besó mis labios y dejó una lamida en ellos mientras le sacaba el dedo medio a Sexto con su garra fuera, contuve la risa, si hay alguien que es capaz de sacarlo de quicio es ella.

-Tercero va a matarte nena- se burló Quinto.

-No le digas eso, lo hace adrede para provocarme.- y era cierto, ella parece disfrutar aquello.

La reunión continuó. Tratamos el caso de uno de los negocios de la manada, el dueño había muerto por lo que la tienda estaba cerrada, La rubia propuso poner un negocio distinto pero me disasocié en algún momento de la conversación.