11

1.8K 155 7
                                    

Habría preferido que le disparasen en la cabeza con una pistola de clavos (repetidamente) antes que tener que ver edits de su ex con una nueva chica.

Después terminar stream y cenar, Marena se metió en su cama, resolvió que se fueran a la mierda.

Que se fuera a la mierda el y todas las personas que hacían esos edits. Había montones de cosas de las que ocuparse. No podía centrarse en solo eso.

En torno a medianoche, estaba sentada en su cama con su teléfono en la mano y comiendo cereales cuando su madre entró llevando su ropa limpia.

No tenía ni idea de que estaba en casa.No se sorprendió al verla.

—Mar, ¿podemos hablar un momento? -preguntó.

—Sí.

Se sentó frente a ella dejando la cesta de ropa limpia en el suelo. Bajo la luz tenue de su habitación, su madre carraspeó.

— Estas muy solita aquí, mija.— Su madre hablo observándola.— ¿No te gustaría ir con Jess?.

— No.— Marena negó.— La cague con mi enojo. Como arruino todo lo demás. No la volveré a ver nunca mas.

— Es tu prima. Jess está preocupada. Ya sabes cómo se pone.

—¿Crees que hay algo que pueda hacer? ¿Para terminar esta situación?

Por una vez, estaba de acuerdo con su madre. Dejando a un lado sus sentimientos por Cry, le parecía que estar a los diecinueve años con el corazón roto era una estupidez. ¿Qué sentido tenía? ¿Qué iba a lograr así?

—¿Tal vez podrías hablar con ella? —pregunto temerosa.

—No quiero que te cierres a todo lo que tienes por un muchacho.

Ella no supo qué decir. Así que se quedaron sentadas en silencio y cuando finalmente abrió la boca para decir

—«no lo voy a hacer, mami»— Su madre se puso de pie.

—Buenas noches, bebé.— Beso su cabeza antes de salir por la puerta.

—Buenas noches, ma.

Observé cómo su madre salía de la habitación.
Nunca antes había tenido que enfrentarse a algo como esto. Nunca había sido ese tipo de madre. Su hermana siempre había sido la que se encargaba de las cosas complicadas. Ahora que ya no estaba, ella era lo único que le quedaba.

Su hermana siempre había sido su favorita. su hermana era el Jacob de su madre y su ella era Esaú. No era algo que hubiese cuestionado nunca; siempre asumió que se debía a que su hermana era la primogénita y para su madre siempre
sería el primero. Simplemente lo aceptaba, y su hermana también.

Pero a medida que crecían, comprendió que ésa no era la razón. Su madre se veía reflejada en ella. Para su madre, ella no era más que un reflejo suyo.

Pensaba que ellas se parecían mucho. Su hermana era como su padre, ella era como su madre. Así que era ella a la que presionaba.

Era a ella al que dedicaba todas sus energías y toda su esperanza. La gimnasia, las clases, todo. Se esforzaba por cumplir sus expectativas, por ser como ella.

La primera vez que cayó en cuenta de que su madre no era perfecto fue cuando olvidó el cumpleaños de su padre.

Había estado con sus amigas durante todo el día y llegó tarde a casa. Su hermana y ella habían preparado un pastel y también habíamos comprado flores y una tarjeta. Lo tenían todo listo encima de la mesa del comedor. Su madre había bebido unos cuantos tragos, se las olí en el aliento cuando la abrazó.

— Se me olvidó. Niñas, ¿pueden poner mi nombre a la tarjeta? - exclamó.

Estaba en su primer año de secundaria. Un poco tarde, lo sé, para darte cuenta de que tu madre no es ningún héroe. Ésa fue solamente la primera vez que recuerda haberse sentido decepcionada por algo que hizo. Después de eso, encontró más y más razones para estarlo.

Todo el amor y el orgullo que sentía por él se convirtieron en decepción. Y entonces empezó a odiarse a sí mismo porque ella la había creado. Porque ella también se daba cuenta de lo mucho que se parecían. Eso le asustaba.

No quería ser el tipo de mujer que olvida los cumpleaños de su pareja. No quería ser el tipo de mujer que hacía que su pareja se alejaran de ella, que se encerraba en sus propios sentimientos, que nunca se molesta por pedir disculpas.
A partir de entonces, se dispuso a destruir la imagen que tenía de ella.

Dejo de ir a la gimnasia con ella. Dejó las salidas al centro comercial, los desayunos con sus amigas, que nunca le habían gustado. Y dejó la universidad, que le encantaba.

Había ido a todos sus eventos escolares, los había grabado en vídeo para que los viesen más adelante y poder señalarle los errores que había cometido.

Cada vez que salía un artículo sobre ella en el periódico, lo enmarcaba y lo colgaba en su estudio. Lo dejó todo para hacerle daño. Le quitó todo aquello que la hacía sentirse orgullosa de ella.

Tardó mucho tiempo en comprenderlo. Fue ella la que puso a su madre en ese pedestal. Lo hizo ella. Y luego lo desperdicio por no ser perfecta. Por ser humana.

is it over now? || xcry Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz