Chapter 6

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Esta mujer si que le hacía tener emociones fuertes, un vuelco en el pecho se le formó, cada que la recordaba le sucedía. Su aroma, su cabello castaño y largo, sus facciones, sus dedos largos y delgados, sus labios... estos últimos parecían ser suaves algodones rosados que incitaban a tocarlos con los de el.

Los días transcurrían y lo único que se agregó a su rutina fue divagar... recordarla. No le molestaba en lo absoluto, le parecía fascinante cómo es que sus ojos se encontraron, como es que pudo escuchar su corazón latir con fuerza y como es que sus emociones se desbordaban las únicas dos ocasiones que se vieron en el mismo día. Sería inolvidable.
Durante las noches su olfato se agudizaba más y en después de cenar intentaba encontrar quien le robaba suspiros y ocupaba la mayor parte de espacio en su mente. No podía seguir andando tranquilamente si sus pensamientos le pertenecían a alguien más, sus suspiros robados y las noches bajo la luz de la luna le pertenecían.

Sus pies hacían crujir algunas hojas que habían caído de los árboles, dejando su rastro en el pavimento, sus manos pasaban por unos árboles y paredes de la ciudad. Cada vez, ese aroma fino, dulce y afrutado podía distinguirse mejor, sus pupilas se dilataron como si de caza se tratara, se encaminó a donde su intuición y olfato lo llevaran. Hasta que dio con un departamento, observó las ventanas de este y se encontró con varias luces encendidas aún, era tarde ya, por lo que se le hacía extraño ver mortales en pie a altas horas de la noche.

Trepó un árbol cerca de la ventana donde provenía ese aroma que tanto estaba buscando. Sus dedos viajaban por toda la corteza del tronco para poder subir con mayor facilidad. Su cuerpo delgado le favorecía en estos momentos, era bastante ágil y la fuerza que tenía era descomunal. Por lo que eso fue pan comido.
Al momento de permanecer en una rama bastante gruesa para que soportara su peso, sus ojos divisaron a la mujer que había está buscando toda la semana, por fin pudo ver a la dueña de sus pensamientos y desvelos.

Sus mejillas rosadas naturalmente la hacían ver inocente, el espesor de sus pestañas largas y rizadas parecían un bosque. Verla concentrada le parecía íntimo, estaba fascinado con cada movimiento que realizaba, quiso poder estar ahí dentro con ella, acompañarla y obsérvala aún más de cerca y que su aroma inundara sus fosas nasales. Ansiaba poder sentir su piel porque daba la impresión que era tersa.
Durante otros minutos estuvo mirándola y lo hubiera seguido haciendo hasta que ella fuese a dormir pero un ave pasó enfrente del asustándolo, le extrañó no haber percibido al animal; estaba tan inmerso en ella que nada ni nadie podía sacarlo de su hipnosis.
Debido a que el ave lo había asustado, su mano hizo un movimiento brusco y la cercanía que tenía el árbol con la ventana era considerablemente corta; obviamente ella presenció todo.

Sorprendida, giró sus ojos junto con su cabeza en dirección al ruido.

Pudo ver al hombre que con sus ojos irradiaban calidez. La expresión de Jasper también era sorpresiva, ambos ceños estaban fruncidos ligeramente, él no sabía qué hacer en cuanto se percató que la mujer se puso de pie, acercándose más a la ventana.

Dispuesta a abrir el cristal, dejando pasar el frío viento de la madrugada; se encontró con los ojos ámbar de Jasper y una piel irrealmente blanca. Sus ojos, como la primera vez, se acariciaron el alma, la calidez de ambos llegó hasta lo más profundo de su mente, imaginándose como si de un tacto real se tratase.
El hombre se apoyó mejor en la rama, acercándose más a ella, de igual manera, Maryam acortó aún más la distancia. Mientras más cerca estaba de la ventana sintió la brisa y el aroma de la noche.

Por ese momento pudo olvidar que debía preparar material y clase para sus alumnos.

Ambos levantaron una mano para entrelazarlas; en el primer contacto que tuvieron sus dedos la adrenalina arrasaba sus cuerpos o al menos la mortal se sentía así, cosa que Jasper de inmediato fue contagiado de eso.
Con los ojos medio abiertos y el ceño fruncido estaban analizando cómo es que sus manos iban encajándose, una parte del rompecabezas estaba siendo unido.
Maryam por su parte estaba ignorando de forma rotunda la temperatura de la mano de Jasper, en ese momento pensó que era por el clima, además él no portaba algo tan abrigado como para andar caminando a altas horas de la madrugada.

Conquest of Paradise || Jasper HaleOù les histoires vivent. Découvrez maintenant