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Eris

Unos días después

Ya habían pasado varios días desde la ultima vez que el humano, digo, Alectrion salió con rumbo a intentar una vez más a conseguir una charla con la diosa Atenea. Mi madre, Selene, y mis demás hermanos quisimos ser optimistas, creer que el mortal consiguió lo que se propuso. No obstante, eso no fue así, cero noticias de él. Y de remate, centauros y minotauros comenzaron a aparecerse a las afueras de las ciudades más transcurridas de Europa, esto complicaba todo aún más. Jodía nuestras emboscadas contra el ejercito de Cronos, que, cada vez se iban haciendo más y más.

El maldito titan aumentaba sus filas como la peste, al inicio solo eran él y sus semejantes junto al traidor de Apolo, luego, Apolo volvió al Olimpo... y un montón de seres que nunca había visto empezaron a aparecer. Estos fueron incrementando su número noche tras noche, cuando los dioses del Olimpo no pueden contar con Helios y la vista que tiene desde su carruaje cuando lleva el sol consigo. Madre y yo nos dimos cuenta muy tarde, pero eso no impidió que luchemos para evitar que su ejercito siga creciendo. Junto a mis hermanos, exceptuando a Hypnos y Thanatos, fuimos tras el rastro de estas criaturas, cazando a cada una que viéramos para evitar que estas transformen a más humanos. Porque eso hacían. La primera vez que lo vi con mis propios ojos fue horrible, cinco de estas rodearon a una pareja en un callejón muy alejado del centro de la ciudad. Entre tres noquearon primero al muchacho a quien dejaron tendido para de ahí sostener brazos y cuello de la chica, al ver que la pobre joven forcejeaba para librarse de sus atacantes no dudaron en romper sus brazos. Los huesos atravesaron la carne y piel, dejando que la sangre comience a gotear por el piso, un grito tuvo que acompañar todo esto, pero no. El tercero, ese que sujetó el cuello, clavó sus uñas alrededor de la laringe para desgarrar con esta las cuerdas vocales... Y de inmediato, los otros dos seres, clavaron sus dedos en el cráneo de la mujer, en las partes atravesadas, una luz empezó a brillar y a consumir a la muchacha hasta que dejó de ser ella. Para pasar a ser uno de ellos.

El chico iba ser el siguiente, solo que él tuvo suerte, pudimos salvarlo. Solo a él...

Y así estamos, con Cronos incrementando su ejercito y los dioses del Olimpo con lo que madre teoriza que es un lavado de cerebro. Un lavado de cerebro que madre prefiere no solucionar por ahora, diciendo que aún no es el momento. Entiendo que ella sea sabia y goce de experiencia que yo no, pero también actuar sin saber a donde me llevan mis propios pasos me genera incertidumbre. Incertidumbre que se suma a la pena de haber perdido a Ares, y lo que es peor, que ni la mujer por la que el dio su vida sea capaz de recordarlo.

Ja, puede que por eso haya convencido a madre que dejase a Alectrion partir una vez más. Debido a que muy en el fondo, creo que él si esta dispuesto a iluminar a esos estúpidos dioses y hacerles tocar tierra. Lastima que no haya noticias de él.

En fin, no es momento para seguir recapitulando cosas que yo no puedo cambiar. Debo concentrarme ahora, en donde estoy, con quien estoy y a lo que hemos venido. Estamos en algún lugar de Riga, ciudad de Letonia, a las afueras del techo de un almacén abandonado. Y con estamos, me refiero a que somos Éter y yo. Mirando a través del tragaluz pude contar a quince personas atadas y puestas cada una al lado de la otra, todos estaban de rodillas. Estos seres, a los que madre llamó Psamos, esperaban a más mortales. Esto lo sabemos tanto Éter como yo a causa de que sus conductas son las mismas en todos. Si son muy pocos atacan y convierten de inmediato, pero si vienen en grupos grandes, reúnen a muchos humanos en un mismo lugar, con solo dos fines.

Ellos analizan una por una a sus víctimas, viendo quienes son más aptas y quienes son más débiles. Aunque su criterio sigue siendo raro, pues no solo se quedan con quien parezca tener una condición física a simple vista impecable, sino lo saludable que pueda ser su cuerpo. Separando así a personas que realmente son sanas ya sea por alimentación, ejercicio u otro factor de quienes no lo son por consumir comida chatarra, esteroides, drogas y demás. Ya cuando tienen separado a estos grupos, se centran primero en los mortales sanos, convirtiendo a estos por separado; pues, a los que no son saludables según sus criterios... Los desmiembran y juntan uno con los otros para luego convertirlos... Para así conseguir un Psamo fuerte antes de tener varios débiles, ya que, pese a querer extender su legión, pareciese que Cronos prefiere la calidad antes de la cantidad.

Pasada una media hora, un camión ingresó y de este varios Psamos obligaron a salir a doce personas. Estas fueron colocadas de lado a lado como el otro grupo, el Psamo que los lideraba analizó a cada mortal por separado e iba diciendo en qué lado del almacén ubicarlos. Por nuestra parte, Éter y yo seguimos observando, esperando a que analice hasta el ultimo para que en el momento que se fuesen a distraer al hacer su conversión de humano a Psamo, nosotras atacar.

Después de que el Psamo principal terminase de analizar, soltó un gruñido, este era su señal para iniciar la conversión. En ese momento todos los Psamos empezaron a acercarse a cada humano, eran un total de veintiocho, el único que no iba a convertir a nadie era el principal. Mismo que estaría al tanto de si alguien ingresaba. Lastima que pese a ser como el líder de su grupo, su fuerza era muy inferior a la de una hija de la noche.

Apenas todos esos malditos seres quedaron como esperábamos, Éter y yo rompimos el vidrio del tragaluz y entramos. Mientras fuimos cayendo Éter altero la composición del aire a nuestro alrededor, lo suficiente para generar pequeñas explosiones que empujaron los vidrios rotos contra el Psamo líder, todos los cristales se clavaron en él, los más grandes lo cortaron o atravesaron por completo. Él no pudo reaccionar a tiempo, y cuando recién podía yo fui de lleno contra él y lo decapité con mi espada, y al instante le clavé una estocada en donde tenia que estar su corazón, de inmediato la criatura se volvió arena tirada en el piso. El resto de Psamos se dieron cuenta, cuenta de que la diosa de la discordia vino a por ellos.

This is War II (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanficWhere stories live. Discover now