APUESTA PERFECTA [+15] -Adrien × Marinette

𝓐𝓹𝓾𝓮𝓼𝓽𝓪 𝓟𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽𝓪

Cuando llegué a la escuela al día siguiente note el claro descontrol que había. Y es que todos murmuraban sobre mi y mi ex novia Chloé fue directamente a enfrentarme.

-¿Es por esta tipa que me dejas? -Me mostro una fotografía.

Maldición, alguien nos había visto abrazados y nos había sacado una foto. Realmente ese tipo de chismes le daba lo mismo, pero tratándose de Marinette, pues era más complicado.

-No tengo porque darte explicaciones. -Pase por su lado y ella volvió hablar.

-No te preocupes, tu queridita ya me lo explicó todo. -Me gire para ver esa sonrisa malévola y la agarré del brazo.

-¿Que le hiciste a Marinette? -Pregunte

-¿Tu que crees?

Conocía esa mirada en Chloé cuando hacia alguna maldad. Algo le había hecho a esa pobre chica y todo por mi.

Caminé con velocidad hacia el salón pero allí no estaba. No conocía a Marinette así que no sabía a donde ir en su búsqueda.

-¿Buscas a Marinette? -Vi a una chica con espejuelos morena.

-¿La conoces?

-Es mi prima, soy Alya. -No tenía tiempo para presentaciones.

-Adrien Agreste -Respondí -¿has visto a tu prima?

-En el salón de gimnasia. Allí va cuando se siente mal.

-Gracias -Baje las escaleras y caminé por un largo pasillo hasta entrar al salón.

No había nadie allí y pensé en regresarme hasta que escuche un leve llanto. La encontré en un rincón  llorando en silencio.

Camine en sin hacer ruido hasta colocarme a su lado. Ella se apartó asustada y ví los moretones en su rostro. Chloé la había golpeado otra vez.

-No, aléjate, no te acerques a mi. -Me dijo cuando intenté tocar su mejilla.

-¿Como pudo hacerte esto? -Su cuerpo temblaba muchísimo.

-Por favor vete... tengo miedo -En ese instante un nuevo sentimiento de protección nació dentro de mi. -Ella me hará daño otra vez... por favor...

Era tanta diferencia entre ayer y hoy. Sus ojos azules llenos de vida no existían más. Estaba aterrada.

-No lo hará -Le hablé con dulzura. -yo... te protegere de ella. -Intenté confortarla.

-Te hará daño a ti también.

-No, no lo hará. -Acaricie su cabeza. -Ella me ama, no me hará nada. -No estaba muy seguro de eso pero...

No podía dejarla así. Era una situación terrible y Chloé debía pagar por sus acciones.

-Yo... -Vi duda en sus ojos.

-¿No dijiste que creías en mi? -Le sonreí -¿era mentira? -Burle y ella negó con su cabeza para abrazarme con fuerza.

-No, yo si creo en ti. -Con suavidad la abrace por la cintura. -Eres el único en el cual puedo creer ahora. Por favor -Lloró en mi cuello. -ayúdame. Tiene mi diario otra vez...

Por instinto la abrace con más fuerza intentando calmar su temblor. Era pequeña y cabía perfectamente en mis brazos.

Yo no era chico de darme cuenta de muchas cosas. Entonces ¿por qué con ella prestaba atención a tantos detalles sin importancia?

La ayude a levantarse y la tome de la mano para salir del salón. Caminamos siendo vistos por todos y pensé en que llevaría a Chloé al extremo. Si ella quería guerra, entonces la tendría.