Parte 6

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*Narra Gabriella*
Ibamos de camino al hotel, y para mi buena suerte, no me tocó junto a Charles. ¿O fue por mi mala suerte? No, fue por mi buena suerte, o al menos eso quiero creer. En un juego de casualidades, no compartí asiento con el intrépido Charles Leclerc. En cambio, Carlos Sainz y Checo Pérez flanqueaban la parte trasera del vehículo, con Lewis Hamilton liderando el convoy y Charles como copiloto. La melodiosa "Xq Sigues Pasando" de Sebastian Yatra inundaba el espacio, y, al unísono, comencé a entonarla. Mis compañeros, Sainz y Pérez, captaron la melodía, sumándose a mi improvisado concierto.

Apenas estábamos a la mitad de la canción y ya la estábamos gritando, menos Charles y Lew, quienes no comprendían las letras de nuestro entusiasmo. Nos sumergimos en la música, en esa burbuja de euforia compartida, cuando la voz de Hamilton rompió nuestra armonía.

- Chicos - dijo el ilustre piloto británico.

- ¡¿Qué pasoo?!!! - exclamamos Carlos, Checo y yo, interrumpidos en plena sinfonía. (Nuestra efusión se vio eclipsada por la interrupción).

- Perdón, ¿qué pasó, Lew? - inquirí, ya en un tono más sosegado.

- Ya llegamos - anunció Hamilton.

- Okey - asentí - Muévanse ustedes dos que quiero ayudar.

*Narra Tercera persona*

Los dos hispanohablantes se desplazaron ágilmente para dejar paso a la señorita. Con gracia, bajó del vehículo y mostró su disposición para colaborar con las maletas, pero Hamilton cortésmente la detuvo.

- Ven - indicó Hamilton, anticipándose a cualquier objeción.

- Okey? - aceptó ella, aunque con cierta duda.

La joven acompañó a Lewis mientras Sainz y Pérez solicitaban asistencia al personal del hotel para el traslado de equipaje. Mientras tanto, con Hamilton y Gabriella.

- ¿A dónde vamos, Lew? - preguntó ella.

- Ahorita ves - contestó el carismático británico.

Continuaron su trayecto por un pasillo hasta que Lewis detuvo sus pasos frente a una habitación. Al abrir la puerta, la joven quedó impresionada al notar que la habitación rivalizaba, si no superaba, las dimensiones de su propio apartamento.

Absorta en la majestuosidad del lugar, la señorita permanecía en su asombro hasta que Hamilton, el caballero a su lado, decidió romper el silencio.

- Gabs? - llamó él.

- Sí? - respondió ella, recobrándose de su aturdimiento.

- Bienvenida a tu habitación de esta semana - la recibió Hamilton con cordialidad.

- ¿En serio esta es mi habitación? - expresó ella, aún con cierto escepticismo.

- Claro - afirmó Hamilton.

- No, no puedo aceptar esto - protestó la joven.

- Claro que puedes, y ya es tuya - dijo Hamilton, ofreciéndole la tarjeta de la habitación.

- Lew? - pronunció ella antes de que el británico abandonara la habitación.

- Sí? - respondió él.

- Muchísimas gracias - expresó ella.

- No me lo tienes que agradecer - le aseguró Hamilton mientras abandonaba con elegancia la estancia.

La joven quedó en la habitación, explorando con fascinación los detalles del lujoso alojamiento. La decoración exquisita, las comodidades impecables, todo conspiraba para hacer de esta experiencia algo inolvidable. Pocos minutos después, Sainz y Pérez, junto con el personal del hotel, llegaron con las maletas.

- Señorita Vega, permítame ayudarla con sus pertenencias - expresó sarcásticamente Sainz.

- Gracias, Carlos - respondió ella con una sonrisa.

Mientras Carlos y Checo se encargaban de la logística del equipaje, Hamilton se acercó nuevamente a Gabriella.

- ¿Cómo te sientes con la habitación? - preguntó Hamilton con una sonrisa amistosa.

- Es increíble, Lewis. No puedo agradecerte lo suficiente - le confesó ella sinceramente.

- Estoy encantado de que te guste. Espero que disfrutes de tu estancia aquí - le deseó Hamilton.

- Seguro lo haré. Gracias por todo - expresó Gabriella con gratitud.

Hamilton se retiró con una inclinación cortés, dejando a Gabriella maravillada con la experiencia que estaba viviendo. La estancia prometía ser una semana llena de emociones, aventuras y la oportunidad de conocer más a fondo el mundo de la Fórmula 1.

La Protegida de los Pilotos --☞Charles Leclerc☜Où les histoires vivent. Découvrez maintenant