La Protegida de los Pilotos --☞Charles Leclerc☜

Parte 3

*Narra Gabriella*

- ¿Quién es tu protegida, Hamilton? - inquirió George Russell, instigando un momento de anticipación entre los pilotos reunidos.

- Hola George - saludó Hamilton con su habitual tranquilidad, disipando la tensión.

- El es el Gran George Russell, el compañero de Hamilton - compartí con Checo, buscando aligerar la atmósfera entre risas cómplices.

- Sí, él es George Russell - confirmó Checo con una sonrisa, contribuyendo a un ambiente más relajado.

- Podrías hablar inglés, por favor, Gabs - solicitó Hamilton con amabilidad, recordándome la necesidad de la lengua común en ese círculo.

- Claro - asentí con una sonrisa.

- Por cierto, George, ella es mi protegida, Gabriella Vega - presentó Hamilton, extendiendo la mano hacia mí y Russell.

- Mucho gusto, soy George Russell - se presentó Russell con cordialidad, estableciendo un lazo en ese instante.

- Yo soy Gabriella, Gabriella Vega, pero creo que ya te lo había dicho, Lew - añadí con complicidad, revelando la familiaridad que ya existía entre Hamilton y yo.

- ¿Lew? - Russell preguntó, curioso.

- Sí, Lew, es de Lewis. Como él tiene un apodo para mí, yo tengo un apodo para él - expliqué, compartiendo una conexión especial con Hamilton que se traducía incluso en apodos cariñosos.

- Oigan, no es por interrumpir - intervino Checo, interrumpiendo el momento de presentaciones - pero los demás ya han de estar en el avión.

- ¿Avión? - pregunté, dejando ver mi sorpresa y confusión ante el nuevo giro en los acontecimientos.

- Sí, nos vamos a ir en avión a Brasil, ven - invitó Hamilton, tomando mi mano con gentileza y guiándome hacia fuera del Autódromo Hermanos Rodríguez.

Veinte minutos después, encontrándonos a las puertas del avión, no pude evitar maravillarme ante su magnitud.

- Tranquila, seguramente les vas a caer bien - me reconfortó Hamilton, captando mis inquietudes mientras avanzábamos hacia una nueva aventura.

Descendimos de la camioneta, compartiendo el espacio con Checo, Russell y Hamilton. Mis ojos se agrandaron al contemplar el tamaño del avión que nos esperaba.

- No jodas, en eso nos vamos a ir - expresé mi sorpresa, dejando escapar un comentario espontáneo.

- Claro que sí - respondió Hamilton con una sonrisa, mientras Checo y Russell compartían risas ante mi reacción asombrada.

Abordamos el avión, y durante el vuelo hacia Brasil, la camaradería y la charla relajada llenaron el tiempo. Entre anécdotas de carreras, risas y momentos más ligeros, la conexión entre los pilotos y yo se fortalecía.

- ¿Quién es ella, Hamilton? - preguntó un chico de mi altura, identificado como Yuki Tsunoda, más pequeño que los demás pilotos pero con una curiosidad palpable.

- Ella es mi protegida de esta temporada, Gabriella Vega - anunció Hamilton, marcando formalmente mi ingreso al mundo de la F1.

- Mucho gusto - respondí, aceptando los saludos afectuosos de todos. La charla continuó durante aproximadamente una hora, creando un ambiente cálido y amigable en el espacio cerrado del avión.

Habíamos tejido un vínculo único, una red de pasiones compartidas y una nueva familia en el fascinante universo de la Fórmula 1. Mientras nos aproximábamos al destino y las expectativas seguían creciendo, el futuro prometía revelar aún más sorpresas en este viaje inolvidable.