Capítulo 10

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*Dos días antes*

-Después de salir de la casa de Cielo, Nico va hacia su casa, y por suerte, su madre ya se había ido para trabajar, así que se libraba si le preguntaba algo sobre la noche anterior, pues no sabía si Alba había cumplido su promesa de no contarle nada y prefería no descubrir si sabía lo que había ocurrido en realidad, al menos ahora, pues no estaba en condiciones de darle explicaciones a nadie. Subió a su habitación y se tumbó en su cama mirando fijamente al techo, pensando en todo lo ocurrido en las últimas horas ya un poco más sobrio. Había algunas lagunas en su mente, pero se acordaba de él en un bar tomando una copa tras otra, después a él mismo delante de la puerta de la casa de Cielo mientras llovía a cántaros, sin recordar muy bien cómo había llegado hasta allí y menos la razón por la que había ido justo ahí. De repente, el sonido de su móvil vibrando lo saca de estos pensamientos: era un mensaje de Malvina. Este decía que quería ir a su casa para hablar con él y, aunque Nicolás estaba todavía confuso por todo lo sucedido, decidió aceptar la visita, pues sentía que era lo mínimo que debía hacer después de haberle roto un poco el corazón. –

Malvina: Hola, ¿estás solo? Si está tu mamá me puedo ir eh

Nico: No, tranquila, salió temprano, pasá (se aparta de la puerta)

Malvina: (entra seguida de Nicolás)

Nico: (cierra la puerta)

Malvina: Menos mal que dejó de llover, ¿no?

Nico: Sí, anoche no era normal como llovía

Malvina: ¿Tu madre no te dijo nada ayer cuando llegaste a tu casa tan temprano cuando se suponía que dormías conmigo?

Nico: ¿Sabés que no? Creo que prefirió no preguntar, se imaginaría lo que había ocurrido cuando subí corriendo a mi cuarto

-Nicolás sabía perfectamente que ninguna de las palabras que había dicho eran ciertas, que ni siquiera había dormido en su casa, pero no podía decirle que había dormido en la casa de su amiga, porque lo podría malinterpretar y no quería herirla más, y menos destrozar una amistad. –

Malvina: Perdoname si exageré quizás, estaba muy enojada y sabés que cuando me pongo así no hay nadie que me haga entrar en razón. Estuve pensando mucho durante toda la noche y quizás no deberíamos haber dejado la conversación a medias, podríamos haber intentado arreglar las cosas, por eso estoy acá

Nico: Te pido perdón yo a vos, Mal, podría no haberte gritado y menos, bueno... lo que te dije al final

Malvina: Al menos fuiste sincero por una vez después de mucho y no hacerme quedar como una tonta por más tiempo, haciéndome creer que tus sentimientos son tan profundos como los míos

Nico: Ya sé, no te lo merecés, y te juro que mi intención nunca fue hacerte quedar como una tonta

Malvina: ¿Y por qué no me dijiste antes que no estás seguro de lo que sentís? ¿No confiás en mí?

Nico: No es eso, soy yo, que nunca estuve en una relación y no supe cómo manejarlo. Vos te veías tan ilusionada con que yo te dijera ese "te quiero" que sentí que si no te lo decía te estaba defraudando, y tampoco quería eso

Malvina: Y sentiste eso porque yo te presioné de alguna manera, así que también soy un poquito culpable, pues debería haber aceptado que no estabas preparado y que te cuestan ese tipo de demostraciones

Nico: ¿Entonces qué querés hacer?

-Ante la pregunta de Nicolás se formó un silencio entre ambos durante largos segundos, Malvina lo miró a los ojos fijamente como esperando que él le leyera la mente y supiera lo que le iba a responder, pero lo cierto es que Nico no tenía idea lo que pasaba por la cabeza de su novia, no sabía si lo quería matar por haberle mentido y terminar, o simplemente aceptarlo y seguir para delante como si nada, su mirada era indescifrable en aquel momento. –

Vos y yo ¿juntos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora