Capítulo 7

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Daisy

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Daisy

Había llegado el día de la boda, estaba lista, se había puesto el vestido de su madre, solo le habían hecho algunos ajustes, casi nada, porque eran las mismas medidas, había pasado 1 semana y la noticia de su boda se divulgo. Había escuchado algunos susurros cuando la veían en la calle, pero trataba que no le afecte. Ella sabía porque se casaba con John, no era como decía la gente, aunque la tacharan de ingenua por casarse con un hombre en bancarrota.

—Vamos señorita, ya ha llegado el carruaje. — Le dijo Margaret. Así que bajo. Se puso aún más ansiosa, hoy su vida cambiaría por completo. Sería la señora Bertham. Sus manos empezaron a sudar.

Cuando llego abajo vio a su futura familia, no pudo ocultar el nerviosismo y le dieron palabras de ánimo. Iban acompañarla a la iglesia, pero ella usaría un carruaje aparte con Amelie. Estaría otra vez a solas con su amiga, después de lo que paso en su casa, no habían tenido la oportunidad de hablar.

Mientras subía Amelie le ayudo con el vestido y enseguida subió detrás de ella.

El carruaje arranco y sus manos empezaron a temblar, los nervios eran inevitables, aunque quería controlarlos, no podía. Lo que le generaba nervios en realidad no era la ceremonia de la boda, era lo que venía después.

—Tranquila. — Le dijo Amelie apoyando sus manos sobre las suyas. Y eso hizo que se calmara un poco.  — Estaré contigo. — Finalizo diciendo, Amelie comprendía ese sentimiento, se había casado hace poco, miro al frente.

—Es raro que este tan nerviosa ahora. — Dijo Daisy. No lo había estado, toda la semana se ocupó de los preparativos y demás, pero después de lo que le conto Margaret sobre lo que se hacía después de la boda, no pudo dejar de pensar en eso.  — toda la semana sentí más emoción que terror.

— ¿Terror a qué? — Pregunto Amelie.

—No estoy segura. — Respondió casi susurrando, solo había imaginado cosas románticas hasta ahora, pero la intimidad era algo distinto. La noche de bodas era lo que le ponía nerviosa. — ahora tengo muchas ideas y dudas sobre...— No estaba segura de lo que iba a decir, ¿hablar de eso con Amelie?

—¿Sobre...? — Le vio a los ojos y se animó a contarle su preocupación.

—Lo que viene después de boda. —Confeso. Estaba algo avergonzada por decirlo sin descaro. — Margaret me explico muchas cosas. —añadió. Le dijo como era la intimidad, estar en la cama con tu esposo era vergonzoso.  — pero sigo creyendo que no se lo suficiente. — Termino diciendo con cierto sonrojo. No entendía que debía hacer ella o cómo actuar.

Si era honesta, nunca había sido cortejada por alguien, no sabía muy bien como actuar frente a un hombre.

—¿Qué te dijo Margaret? —Le pregunto Amelie.

—Que se lo deje todo a él. —Respondió, eso le había dicho Margaret, que John se encargaría de llevar todo a cabo en la noche de bodas, algo que le costaba creer, porque él no la quería de verdad. ¿Cómo podrías compartir el lecho con alguien que no quieres? Ella consideraba la intimidad como un acto de amor.

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