Prólogo

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El día estaba cubierto por nubes oscuras, el cielo estaba sosiego y eso la entristecía aún más

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El día estaba cubierto por nubes oscuras, el cielo estaba sosiego y eso la entristecía aún más. Sujeto la mano de su padre con más fuerza, y lo vio de reojo, tenía la mirada perdida, y los ojos cansados. Se limpió otra vez la nariz con la manga de su vestido, iba a llorar de nuevo, y estaba cansada de hacerlo otra vez.

Poso su mirada al frente, todos tenían trajes negros al igual que ella, no conocía a casi nadie de los que estaban presentes, sin embargo acompañaban su tristeza; derramando algunas lágrimas.

Bajo la mirada hacia la tumba.

El clérigo decía muchas cosas que no entendía, apenas captaba el ambiente. Pero su corazón se quedó con lo más bonito, que su madre la cuidaría desde arriba, eso le habían dicho todos y le reconfortaba el alma.

Cuando llego el momento de que el ataúd baje, sintió una presión en el pecho, le dolía mucho ver eso, así que se volteo para abrazar a su padre con fuerza, y le empezaron a caer lágrimas, no podía contenerlas.

Muchos le habían dicho que tenía que ser una niña valiente, pero ¿Cómo podía serlo? si corazón se oprimía y la tristeza la inundaba, no podía demostrar que era fuerte, el dolor no se lo permitía.

Su padre le devolvió el abrazo con cuidado, sin fuerzas. Sintió sus manos en su cabeza y eso reconforto un poco su dolor, ya no se sentía sola, pero sus lágrimas continuaban. Su padre quería tanto a su madre, y había tenido un caos emocional cuando ella falleció.

Se quedó así un buen tiempo, sin emitir chillidos, sino lagrimas silenciosas, desde el fondo de su corazón quería simplemente llorar con fuerza y emitir chillidos mediante gritos para sacar fuera ese dolor que sentía por dentro, pero no tuvo más opción que oprimirse y aguantar, porque el dolor que sentía no podía demostrárselo a todos, jamás lo entenderían.

Cuando se calmó un poco su padre se movió, se agacho y le susurro.

—Ya paso. — La consoló y ella se apartó cuidadosamente de él, se encontró con su mirada, se veía melancólico y perdido. — déjale tu último adiós. —Le indico.

Se dio cuenta de las flores que sostenía, volvió a posar su mirada hacia la tumba, y observo que muchos dejaban sus flores encima de la tumba de su madre. Se acercó junto a su padre, y logro ver de cerca la tumba, ya había aprendido a leer, así que entendió lo que decía.

"Sra. Olivia Brandley: 1760-1786"

Observo perdida las letras mientras dejaba las flores en la tumba.

Cuando terminaron, su padre le sostuvo la mano, y se dirigieron a la casa cerca de ahí. No quería irse todavía, quería seguir con su madre. Volteo la mirada hacia atrás, estaban dejándola sola, y no quería que se quede así, pero a pesar de eso no opuso resistencia y se dejó llevar por el camino que le indicaba su padre.

Cuando llegaron a la casa, su padre le dijo que esperara sentada, y que luego volverían a su casa en Londres. Algo que no quería, prefería quedarse aquí con su madre para sentirse más cerca de ella y no abandonarla. Pero obedeció sin quejas, se fue a sentar en una silla. Mientras tanto, miraba como se le acercaba más gente a su padre, no podía escuchar lo que decían, todo parecía borroso. Tenía la mirada perdida hacia afuera en el día nublado.

Deseos del CorazónWhere stories live. Discover now