Día 12: Girasol

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Modern / Another life AU: Sidon y Link humanos en otra vida


***

Como cada fin de semana, Link paseaba en bicicleta entre los campos de girasoles. El sendero era pacífico y sin muchos obstáculos, así que era perfecto para relajarse. Aquella tarde llevaba su camiseta con el símbolo de la trifuerza estampada en ella y unos pantalones cómodos. Tenía el pelo recogido y unos auriculares en sus orejas con los que estaba escuchando música. 

Normalmente no se encontraba a nadie en aquel camino y por eso solía ir allí para relajarse; era una persona introvertida y necesitaba momentos de soledad. Pero en aquella ocasión eso iba a cambiar. Porque, de repente, entre el hermoso amarillo de los girasoles apreció una figura que salpicaba el paisaje de rojo. Era un hombre alto, con un cabello rojizo que caía recogido por su espalda. Por su elegante ropa no parecía ser alguien de campo como él, sino alguien de una clase social más elevada.

Link se detuvo a pocos metros sigilosamente y se quitó los auriculares para concentrarse en aquel curioso personaje que había aparecido y que estaba acariciando un girasol con sus dedos. Sin embargo éste pareció oírle y se giró. Fue entonces cuando el rubio pudo observar que se trataba de un hombre joven, de su edad o quizá pocos años mayor que él. 

Y cuando sus ojos hicieron contacto visual, el rubio sintió cómo le inundaba una extraña sensación. Su cabeza y su pecho se colmó con un sentimiento de nostalgia, de reconocimiento, de familiaridad. Era como si conociera a aquella persona a pesar de que no le había visto en su vida.

El muchacho alto tenía ojos dorados, pecas en sus mejillas y una figura digna de un príncipe. Link sintió enrojecer hasta las orejas, como si tuviera delante a todo un dios de la belleza. Se quedaron en silencio tan solo observándose, hasta que el pelirrojo habló.

—¿Hola...? —dijo, y fue entonces cuando Link se dio cuenta de que era real y que estaba mirando a una persona descaradamente.

—L-Lo siento, yo... —contestó, apartando la mirada. Se dispuso a coger su bicicleta para huir rápidamente, pero el chico se acercó, con un girasol en la mano.

—¡Espera, no te vayas! ¿Te... conozco? —dijo él, con una cálida voz. Link sintió derretirse por aquel tono y algo dentro de él pareció colmarse de calidez, como si recordase algo.

—Uh... n-no creo. No te he visto... nunca... —Y sin embargo, Link sentía como si lo conociese. Había un leve pinchazo de melancolía que se expandía por su pecho al mirarle, un recuerdo fantasma que parecía querer salir de su subconsciente.

El chico rubio lo miró con curiosidad y con detenimiento, como si quisiera descubrir lo que escondía en su alma. Link se puso algo nervioso con aquello y apretó los labios mientras desviaba la mirada.

—¿Cómo te llamas? —dijo el pelirrojo.

—Link. —Se dio cuenta entonces de que un rayo de sorpresa cruzó los ojos de su interlocutor—. ¿Y tú?

—Me llamo Sidon —contestó, con una agradable sonrisa que hizo que el corazón de Link se acelerase. Aquel nombre le resultaba extrañamente familiar.

—Sidon... —Cuando aquel nombre se deslizó por su lengua algo en su cuerpo vibró con reconocimiento, como si su boca ya hubiese pronunciado esa palabra millones de veces a pesar de que era la primera vez que la escuchaba—. No eres de por aquí, ¿verdad?

—Efectivamente... He venido de vacaciones con mi padre y mi hermana. Mi padre es el líder de una pequeña ciudad costera, así que nunca había visitado el campo... —explicó, y Link entendió el por qué de su elegante ropa—. Tú...¿vives aquí? 

—S-sí. En un pequeño pueblo cerca de las granjas... 

Sidon se acercó entonces y le puso una mano en el hombro. Link miró arriba y sus mejillas enrojecieron aún más. Aunque, para su sorpresa, el pelirrojo también estaba sonrojado, como si aquel toque, aquella mirada, escondiese algo más. Era como si sus almas estuviesen recordando algo que no procedía de aquella vida.

—¿Te importaría enseñarme este lugar entonces? Me encantaría tener un guía que me mostrase todo esto y... me transmites confianza. Es como si te conociera, Link —admitió el más alto. Un estremecimiento lo recorrió cuando escuchó a Sidon mencionar su nombre—. ¿Damos un paseo? Si no es molestia... 

—Oh, por supuesto. —Esta vez sonrió, y vio cómo Sidon se sonrojaba más al verle. 

—¡Gracias! 

Fue así cuando empezaron a caminar, muy cerca el uno del otro. Hablaron de algunos temas mientras Link le enseñaba aquellos campos. Sidon tenía la risa más bonita que había escuchado nunca, y era tan simpático que Link no tardó en confiar en él a pesar de que era tan introvertido. Era como si fuese fácil, como si no tuviese problemas en hablar con aquella persona. 

Cuando sus manos se rozaron sin querer mientras caminaban, algo estalló entre ambos. Una sensación que los colmó, que los hizo enrojecer, que hizo que sus manos hormigueasen ante el contacto. Link reprimió el impulso de entrelazar sus dedos con los suyos, algo que parecía tan natural ahora mismo. Se miraron y se sonrieron. 

Cuando ya estaba anocheciendo, tuvieron que separarse, pues Sidon debía volver a la casa de campo en la que se estaba quedando y Link también debía regresar a su hogar. Dolía tener que separarse de él. Algo dentro de él lloraba de pena, como si hubiera encontrado al fin aquello que había anhelado sin saberlo y no quisiera perderlo otra vez.

—Supongo que tienes que irte... 

—Me temo que sí. —Sidon le entregó aquel girasol con una sonrisa, como si fuese un ramo de flores—. ¿Puedo... verte mañana? Si no te supone ningún problema...

El corazón de Link volvió a acelerarse. Cogió la flor y miró a Sidon con ojos brillantes.

—Por supuesto... Me encantaría.

El pelirrojo asintió y le dedicó la más bella de las sonrisas. Y tras eso, cogió su mano y la besó, como si fuese un príncipe que había caído del cielo. Link tuvo que reprimir su emoción y sus nervios cuando sintió aquellos labios sobre su piel.

—Te veo mañana, Link... 

—Buenas noches, Sidon —dijo con una sonrisa.

Cuando el joven alto se dio la vuelta, Link sonrió aún más. Ambos quedarían al día siguiente, y el rubio no lo sabía, pero aquello iba a ser el principio de una bonita relación que duraría para toda la vida.

Aquella noche soñó con el agua y con un príncipe de escamas rojas.



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Fin del reto de octubre.

Muchas gracias a todas las personitas que habéis leído los relatos y habéis votado. Ha sido muy divertido escribir mini relatos con estos dos, y experimentar con varias dinámicas. ¡Espero que hayáis disfrutado de ellos también! Si quieres leer más sobre Sidlink, recuerda que aún está mi fanfic "Lo que nunca dijimos".

¡Nos vemos! 

Octubre Sidlink. Softober 2023.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt