Desde Irlanda hasta Israel (Parte 1/3)

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Irlanda descorchó una botella de tinto y sirvió una copa a cada una de sus amigas; Francia baraja las cartas y las reparte sobre la mesa de centro, África, sacudiéndose las manos, regresa a la sala después de salir del baño y Kenia bosteza recargada en el viejo sillón de la sala. Yo miro divertido la escena. El grupo de amigas se junta todos los jueves en el departamento de Irlanda, mi novia.

Es la segunda vez que participo en esta reunión, pues para ellas es el sagrado "jueves de viejas"; Los novios y amantes en turno no podíamos asistir; a excepción de Francia y Kenia que son pareja, pero, como son mujeres, a ellas sí pueden asistir.

Desde la última vez que estuve presente, han pasado cinco meses. Aquella última tarde asistimos Orlando, el ex novio de África, y yo, los primeros hombres en ser aceptados en tan exclusiva ceremonia femenil.

Todo iba bien entre África y Orlando hasta que tronaron rotundamente. La razón: celos idiotas y sin fundamentos de una novia celosa.

Y es que como todo hombre que va a una reunión de las amigas de tu novia, se aburre y termina en un rincón de la casa apartado, charlando con los otros novios de las otras amigas que también están aburridos. Aquí fue la excepción. Ella lo quería pegado a su piel. Orlando decía que lo asfixiaba. Ella juraba que él la engañaba y él terminó por engañarla para que sus acusaciones tuvieran sustento.

Así que mis visitas al "jueves de viejas" no se repitieron hasta el día de hoy.

La razón de mi ausencia fue, en ese entonces, porque África estaba desconsolada y lo que menos quería era ver otra parejita acaramelada frente a ella; Francia y Kenia tuvieron que aguantarse las ganas de demostrarse un poco de cariño, ni siquiera rozarse las manos durante una larga etapa. Sin embargo, esta situación ya cambió.

Por suerte hoy tendremos otro hombre de visita. La amiga de mi novia se encuentra muy entusiasmada con un tipo que no deja de hablar de él.

África lo conoció en una cafetería, de esas que están de moda y hay por todas partes; donde antes de despacharte te preguntan tu número de calzado, tu color preferido, el nombre de tu mascota y hasta el de tu mejor amigo de la infancia, solo para darte un maldito café con leche con chispitas de chocolate y que, además, te sale carísimo.

La amiga de mi novia es muy lanzada. Ella dio el primer paso. Cuenta que lo miró en la fila, antes de comprar el café y que rapídamente se acercó a él para preguntarle cuál era el sabor de café que más le recomendara. Luego de una charla resultó que era conocido de Francia y Kenia, así que no se les complicó tener un punto en común. Ella dice que fue amor a primera vista; pero todos sabemos que es muy exagerada, temo que haya asustado al pobre tipo. Hoy lo descubriré. Irlanda me pasó una copa de tinto y me la tomé de un solo trago. Ella sabe que no me gusta, pero insiste en que si voy a asistir a sus reuniones me tengo que acoplar; yo prefiero unas cervezas bien heladas.

— ¿Te sirvo más?

— No, aún tengo. — Miento mientras escondo la copa vacía tras mi espalda.

— ¿Estás seguro?

— Sí, por supuesto. — Guiño el ojo a mi novia para que me crea.

— Bueno, me dices si quieres que te pase la botella.

Afirmo con la cabeza, sonrío y me hago el tonto mirando el juego.


Pasan las horas. El blackjack parece seguir doblándose interminablemente, las jugadoras son incapaces de rendirse, la pasión de las apuestas se apodera de la mesa y yo me aburro observando jugar a mi novia y sus amigas.

Ni siquiera puedo opinar en la extensa plática cerrada acerca de otra conocida de ellas, porque "para criticar a una mujer, solo otra mujer", me decía Irlanda en cada ocasión en la que pretendía dar mi punto de vista.

Entre bostezos escuché que tocaban a la puerta.

— Amor, ¿puedes abrir?

Irlanda y sus amigas ni se inmutan, no mueven ni un pelo. Aflojerado, me levanto del asiento para ir hacia la puerta del departamento.

— Debe ser el estúpido del Israel... — Dijo Kenia con su peculiar forma de hablar, con un acento sureño a todo lo que da.

— ¿Israel?

— Sí, el amigo que les conté. — afirmó África.

Todas las amigas pegaron gritos de alegría, echándole carrilla a África. Y luego se ponen serias, fingiendo que no pasaba nada, sin darle importancia al visitante.

Llego a la puerta un poco más animado. Ya era hora de tener un poco de visión masculina en esta junta feminista; hablaremos de series, video juegos, el partido de fut del sábado, la pelea del Canelo... lo que sea menos chismes criticones de las amigas del club en su "jueves de viejas".

 lo que sea menos chismes criticones de las amigas del club en su "jueves de viejas"

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