¿Conoces el Club del silencio?
Incontables voces cuentan acerca de un club olvidado con el pasar de los años hasta el punto de no ser más que un pasado sangriento para aquel pueblo perdido en el bosque.
Sin embargo, ellos regresaron, luego de esa...
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Con cierta culpa, en silencio se dedicaba a visualizar la desbordante tristeza en su rostro, llorando a mares ante los ojos de muchas más personas que presenciaban su dolor con incredulidad o, en cambio, confusión.
Sus llantos inconsolables daban comienzo a balbuceos imposibles de comprender en su totalidad, al final aquello no era del todo necesario pues la agonía visible en su rostro era la que se encargaba de transmitir la verdad a los expectantes de su dolor.
Era una mujer joven, pero que se mostraba demacrada debido a la evidente falta de sueño que comenzaba a tomar factura incluso de su cordura. Se abrazaba a sí misma luchando por mantenerse en pie al sollozar frente a las cámaras del noticiero local el nombre de su hijo exigiendo respuestas sobre lo sucedido.
El mismo hijo que esa mañana fue encontrado sin vida de regreso en su cama, como si jamás se hubiera marchado de ahí pese al daño producto de golpes o el disparo que había atravesado su cabeza para arrebatarle su último aliento. Según se contaba, su imagen sangrienta era relajada reflejando su descanso eterno, mientras que entre sus manos sujetaba un pequeño sobre blanquecino del que se desconocía su interior.
Trago grueso cuando la desconsolada mujer posó su mirada sobre ella, en instantes se sentía tan vivida la situación de como esa mujer afrontando su perdida podía percibir la culpa en su mirada, y en respuesta se lanzaba contra su persona exigiendo a gritos las respuestas que todos los demás le negaban, o en cambio, culpándole por no haber actuado por él, tal y como ella lo hacía desde que el asesinato se había grabado en sus pensamientos.
Pero eso no pasó.
En cambio, la mujer terminó por derrumbarse por completo, siendo dejada en segundo plano por el presentador que centró su atención una vez más en la cámara mientras la gente comenzaba a dispersarse al ser abrumados por la tensión creciente formada en los alrededores.
Al mismo tiempo, una mano se había posado en su hombro con cuidado, dándole un leve apretón que la sacó del trance que aquella situación le había ocasionado por lo que ella pensaba, solo fueron segundos aunque la voz ajena parecía transmitir que se extendió más de lo esperado.
── ¿Estás bien, Eli?
La voz de Markus transmitía dudas o incluso preocupación a la que Eleonor en un inicio se sintió incapaz de dar respuesta. Su mirada apagada únicamente se movió en su dirección, buscando las mismas emociones en los afligidos rostros de él y Vanessa, quien se posaba a su lado.
La inquietud se hizo presente de inmediato, mientras su mirada se movía desde el cuerpo desgarrador de la mujer hasta sus compañeros un par de ocasiones, aún llamada por su dolor mientras daba un lento asentimiento como su respuesta.
