𝐗𝐈𝐈𝐈 : Un doloroso recuerdoㅤㅤ

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Sus manos aferradas al mango de su paraguas temblaban más de lo que le habría gustado, a la vez que sus pasos en dirección a su hogar cada vez se volvían más lentos

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Sus manos aferradas al mango de su paraguas temblaban más de lo que le habría gustado, a la vez que sus pasos en dirección a su hogar cada vez se volvían más lentos.

Su camino no se había tardado en separar de los demás invitados con quienes compartía un aspecto en su apariencia tras salir de aquella mansión y ese detalle era la expresión indescriptible en su rostro donde se evidenciaba el miedo que el asesinato presenciado sin previo aviso había dejado en ellos.

Tal mueca se reflejaba en todos ellos, menos en el rostro con una mueca imperturbable de Alice, en quien había buscado la compañía silenciosa mientras se dirigían a sus hogares.

Eleonor se había dedicado a caminar cabizbaja sin ser capaz de pronunciar alguna palabra debido al nudo formado en su garganta, a diferencia de Alice, a quien observaba de reojo de vez en cuando percatándose sobre todo en esa retorcida sonrisa visible en su rostro.

En esa ocasión se había quedado observándola por más tiempo, terminando por tragar grueso cuando llegaron al momento donde sus caminos debían separarse.

Alice se despidió con sus ánimos habituales, pero antes de que fuera capaz de alejarse demasiado, Eleonor se atrevió a hablar.

── Acabamos de ver a alguien morir, Alice... ── comenzó, intentando que su voz no temblara más de lo necesario, una acción sin éxito que fue seguida por un suspiro al observar la mueca confusa en el rostro de la castaña.

En una profunda bocanada de aire intentaba retener todo lo que poco a poco se iba haciendo más potente en su interior, pero buscaba culpabilizar a la mezcla de emociones retenidas, lo que la hizo explotar.

── ¿¡Cómo puedes estar tan tranquila!? ── exclamó con desespero.

No entendía a su amiga, como ella podía aparentar con tanta facilidad la calma luego de lo que habían tenido la desgracia de presenciar.
Quizás aquel comportamiento no debía ser nuevo, ya que desde siempre supo sobre su obsesión llevada a un nivel peligroso, pero en ese punto, donde la castaña se permitía sonreír como si no hubiera visto un asesinato, le helaba la sangre, cuestionando a quien tenía en frente realmente, terminando por hartarla como nunca.

Pero Alice solo clavo sus ojos mieles sobre ella como si intentase comprender a qué se refería.

Eleonor parecía que iba a perder la cabeza, mientras que Alice demostrando absoluta calma se limitó a cruzar los brazos por sobre su pecho.

── Oh, vamos, eso no es nada. Ambas sabemos que es algo que vamos a ver hasta el día de nuestra muerte a partir de ahora. ── con la yema de uno de sus dedos dio un golpe en el pecho de la pelinegra, obligándola a retroceder un par de pasos. ── ¿Acaso quieres que actúe como tú, Eleonor?

Cuánto odiaba su absoluta indiferencia ante la situación, como si todo lo que estaba pasando fuera de lo más normal para ella y es que sin importar cuan familiarizada estuviera con el aspecto más oscuro de la historia, su tranquilidad dejaba de ser segura para pasar a ser aterradora.

𝐂𝐋𝐔𝐁  𝐃𝐄𝐋  𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora