Capitulo 2 Dame las gracias

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—Si continúas actuando como la loca de Estocolmo terminarás mal.

Sakura escuchó la última amenaza del tipo que le rompió la boca de un solo golpe. Abrazándose a sí misma y probando el sabor a hierro, se negó a darle una mirada al tipo que se quejaba de lo que sus golpes causaron. Los insultos no iban directamente a sus acciones o a su persona, sino al derramamiento de plasma salpicada en los asientos. Era como si usará todo a su alrededor para no insultarla directamente, cuando era claro que todos sus insultos iban dirigidos a ella. Por otro lado, Sasuke en cortos tiempos la miraba de reojo, allí tranquila sin decir una sola palabra del dolor que pudiera estar experimentando. Nunca había golpeado a una mujer, ya que el lado opuesto nunca le dio de golpes. Pero la adrenalina que corría por sus venas de cada persona que cayó muerto por su perfecta puntería, lo obligó a actuar como un patán cuando no lo era. La forma en cómo actuaba Sakura era como aquellas personas que fueron secuestrados por mucho tiempo y, de una mane perturbadora, lograron empatizar con el secuestrador, convirtiendo a esos que desean ayudarlos en enemigos.

Sasuke cumplió con la orden de su padre, esa orden extra de salvar a la hija de un viejo conocido, que estaba secuestrada por Naruto Uzumaki. La mujer de la foto de cartera rápido llamó su atención por lo que él vió, a una mujer joven y bella. Lo confirmó cuando la vio en persona, sus intenciones de tratarla bien pronto se convirtieron en tratarla mejor como tenía pensado, pero la hija del embalsamador lo sorprendió con golpes directos en el rostro. Un mal comienzo que nunca se borraría por ambas lados.

Siguieron avanzando sobre la carretera solitaria en la madrugada. Cuando llegaron a dos caminos diferentes, el conductor dio vuelta hacia la calle de terracería, minutos más tarde se detuvieron frente a una cabaña rodeada de pinos y vegetación. Los primeros rayos del sol permitieron ver el panorama a través de la ventana, uno igual a los lugares donde han encontrado los cuerpos de personas desaparecidas o asesinadas por el crimen organizado. Los periódicos no dejan de imprimir ese tipo de historias en primera plana. Sakura supuso que este sería su último destino, y que su cuerpo sería descubierto boca abajo en un fila de cadáveres de todas las personas que mataron en la mansión de su ahora difunto esposo. Si tan solo hubiese tomando mejores decisiones no estaría atravesando una pesadilla. Su cuello dolía como mil demonios al no moverlo de aquel ángulo que solamente pudiera ver a través de la ventana los últimos rayos del sol que vería.

—Coloca a cinco hombres a custodiar los alrededores y dos al interior de la cabaña —ordenó Sasuke mientras abría la puerta.

Sakura salió de ensimismamiento al escuchar nuevamente la voz de Sasuke. Se percató de que la camioneta se detuvo frente a lo que parecía una cabaña. Había llegado al final de su último recorrido. Sacudió deliberadamente su cabeza antes de voltear hacia la dirección de la voz que pedía cuidar los alrededores. Allí estaba él, afuera de la camioneta bloqueado la puerta con su esbelta silueta equipada con un chaleco antibalas y una arma de alto calibre colgando de su hombro izquierdo.

—Qué esperas, baja y entra a la cabaña. —Dios dos golpes al asiento al ver que no había expresión en el rostro sin maquillaje de la hija del embalsamador de un pequeño pueblo.

—¿Y qué harás después? —inquirió sin moverse un centímetro de su lugar que llevaba dos horas ocupando.

—Entra y verás —respondió desbloqueando la puerta y desapareciendo de los ojos jades que lo ven.

Sakura soltó un suspiro antes de deslizarse a la puerta. Una corriente de aire fresco pego en su piel expuesta, y al poco tiempo, atravesó la ligera tela de su blusón de noche. Descalza toco el suelo, lo que provocó más frío en todo su cuerpo, el césped fresco y húmedo, no fue solo la tortura que recibieron sus cuidados pies, cadillo espinas se clavaron en las plantas. Sakura que hasta ahora no se había quejado del dolor dentro de su boca, por fin sacó un quejido mientras levantaba una pierna para ver la planta de su pie.

Pesadilla (Anti-romántico / EN EMISIÓN)Where stories live. Discover now