Capítulo 8: Engaño

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En la investigación psicológica, el engaño es una cuestión ética muy debatida. Algunos psicólogos argumentan que engañar a las personas que participan en un estudio de investigación es deshonesto. Sin embargo, no pueden negar su eficacia.
El engaño en el mundo real es muy diferente de lo que se realiza en el laboratorio. Además de ser a menudo de naturaleza a largo plazo, el engaño en el mundo real beneficia activamente al mentiroso y puede dañar al objetivo/víctima. Esto puede proporcionar una diferencia cuantitativa en el método y la veracidad del engaño entre el laboratorio y el mundo real.
Como hablamos en el capítulo anterior, es difícil para los individuos enmascarar completamente su engaño. El lenguaje corporal, la disidencia cognitiva y las normas culturales/subculturales “filtran” la intención del engañador a un objetivo perceptivo, pero hay una multitud de razones para el engaño y métodos de detección.
La moralidad personal es una de las principales causas de las fugas. En la mayoría de las situaciones, la gente confía en pistas tanto verbales como no verbales para determinar la veracidad de una declaración o acción. Estas claves reflejan un estado mental interno que presumiblemente corresponde a la culpa.
Hay muchos tipos de engaños. Algunos son para beneficio personal mientras que otros son de naturaleza ideológica. Otros engaños se realizan con el único propósito de dañar a la víctima. La guerra y los deportes son lugares donde el engaño se considera un activo.
Hay cinco tipos principales de engaño. Cada uno realiza una función diferente cuando se trata de persuadir. Pero todos requieren al menos un grano de verdad para pasar desapercibidos.
Mentiras: Son expresiones falsas dadas con la intención de engañar. Se desvían activamente y dan falsas impresiones. Las mentiras pueden ser grandes o pequeñas pero casi siempre se usan para escapar de la detección o el castigo.
La mayoría de las culturas tienen estrictos códigos morales que castigan este tipo de engaño. Algunos lo codifican en leyes con severos castigos. Los Estados Unidos lo hacen con perjurio, donde mentir en la corte puede tener graves repercusiones. Ejemplo: Si testifico en un juicio y el fiscal me pregunta: “¿Conocía al acusado?” y yo respondo: “No”. Aunque lo conociera, eso es una mentira. Si se descubre la mentira, podría enfrentarme a un tiempo en prisión y a una gran multa.
Equivocaciones: Son afirmaciones ambiguas que pretenden engañar representando dos significados diferentes dentro de una misma conversación o contexto. Abusan de palabras y expresiones con múltiples significados a lo largo de un argumento. El significado de la palabra cambia a lo largo de la conversación para convertirse lo que el que lo dice, desea.
A los clérigos y políticos les encanta usar este método para controlar a los fieles. La naturaleza de la fe (en un ser supremo o en el poder de las personas) requiere que la definición cambie para adaptarse a la situación. En los idiomas con muchas palabras que tienen múltiples significados (como el inglés) es más fácil de hacer esto; que en los idiomas que no las tienen (como el mandarín).
Ejemplo: Mi amigo Mike es ateo y dice que ha sufrido persecución por sus creencias. Puedo entonces afirmar que un ateo es por definición uno que carece de creencias. Así que Mike no puede ser perseguido por creencias que no tiene.
Aquí cambia mi significado de la palabra “creencia”. Comienza representando la palabra como la creencia en un poder divino. Algo que los ateos estrictamente no tienen. Pero cambio al significado de un pensamiento profundo o ideal justo después. Esas son cosas que los ateos tienen. Usando la misma palabra para describir dos significados diferentes, creo ambigüedad y tergiverso a los ateos.
Ocultaciones: Estas son declaraciones específicamente diseñadas para ocultar la verdad. Esconden la realidad y evitan revelar información que la persona sabe que se espera que revele. Ocultar es normalmente visto como menos atroz que mentir abiertamente, pero aún así es mal visto por la mayoría de los grupos y organizaciones.
Este tipo de engaño es más común cuando alguien está siendo interrogado. Si la otra persona me llama alguna vez para ocultar algo, siempre puedo decir que no lo recuerdo. Los abogados y los vendedores son famosos por dejar fuera información clave de sus tratos.
Ejemplo: Supongamos que estoy vendiendo un coche y sé que los frenos están rotos y no se pueden arreglar. Entonces un posible comprador me pregunta: “¿Hay algo malo en ello?” Si les digo: “Todo funciona tan bien como el día en que lo conseguí”, oculto la verdad (que los frenos no funcionan) y me abro a graves repercusiones.
Exageraciones: Son declaraciones que inflan activamente la realidad.
Muestran que algo es más grande, mejor, más fuerte o peor de lo que realmente es. No hay límite para lo lejos que alguien puede llegar, sólo un umbral de voluntad para estirar la verdad.
Pero hay límites a lo que la ley permite que esto suceda. Los anunciantes exageran tanto en sus actividades de marketing que la mayoría de los gobiernos ponen límites a lo que se les permite decir. Tratar de estirar la verdad demasiado lejos ha costado más de un genio malvado de lo que se esperaba.
No subestimes el efecto de la exageración. Es una manera poderosa de mostrar las diferencias y de hacer un punto. Pero cada vez que exagero, se vuelve menos efectivo, así que lo mantengo como respaldo o para el debate.
Ejemplo: La forma más común en que la gente exagera es afirmando que algo es imposible. Sólo porque no hayamos descubierto cómo hacer algo no significa que no se pueda hacer. La mayoría de nosotros lo entendemos, pero aún así usamos la figura retórica exagerada porque es más impactante que decir: “No sé cómo realizar esta tarea y no tengo confianza en mis habilidades”.
Subestimaciones: Estas declaraciones minimizan la importancia de algo.
Esto es común en el humor y redefine el tema en términos poco convincentes.
Esto ayuda a minimizar la ofensa y la negación de la intención. A la mayoría de los grupos no les importa esto tanto como otros dispositivos retóricos, y algunos realmente fomentan el comportamiento.
Casi cualquier cosa en la que la gente compita condona un cierto nivel de subestimación. Los deportes, los programas de televisión y otras competiciones valoran la capacidad de mantener una estrategia secreta.
Ejemplo: Si alguien que me gusta se tropieza conmigo, a menudo usaré subestimaciones para suavizar la interacción. Si dicen, “¿Te he hecho daño?” Podría responder con un “No, estoy bien”. Por otra parte, decir que las personas que mueren en una acción militar son “daños colaterales” es una subestimación que minimiza la importancia de sus vidas y de las muertes subsiguientes.

Manipulación Y Psicología OscuraWhere stories live. Discover now