Capítulo 16

100 9 2
                                    

— Felicidades sobrino — Saludó el tío Eddie.

Tony abrazó a su tío que entraba a la mansión Stark con una caja de tamaño regular envuelta en papel de color azul. Hoy era 29 de mayo del año 1982 y se celebraba el octavo cumpleaños del más pequeño de la familia Stark Carter.

El castaño recibió el regalo al tiempo que su tía María le plataba un beso en la mejilla. Mientras tanto sus primos le dieron un rápido abrazo que más que un afectuoso saludo, fue un contacto obligado por sus padres que los insitaban a saludar.

Gregory tenía diecisiete años, la misma edad que Mandy, el adolescente estaba atravesando una etapa rebelde y a dónde iba solía causar problemas a sus padres. Por otro lado, Morgan de siete años, se empeñaba en imitar las acciones de su hermano.

Tony ignoró a sus primos la mayor parte de su fiesta de cumpleaños, pues apesar de tener la misma edad que Morgan no solían llevarse muy bien. El castaño pensaba que su pelinegro primo era demasiado infantil.

El menor de los Stark Carter sopló las ocho velas que decoraban su pastel y estaba ansioso por abrir sus regalos. Tío Eddie le regaló una figura de acción del Capitán América, Mandy una historieta del mismo héroe, los Jarvis un lindo carro a control remoto y Arno una bicicleta.

— Sólo queda este ¿Qué será? — Preguntó el cumpleañero intentando adivinar.

— Ábrelo de una vez — Espetó Gregory impaciente acercándose al niño para arrebatarle el último obsequio.

— Greg — Reprendió Eddie.

— Es que no lo abre — Se excusó el adolescente.

— Déjalo, él es más pequeño. Puede tomarse todo el tiempo que desee — Defendió Edward a su sobrino.

Cuando Tony finalmente terminó de desembolver su regalo descubrió un hermoso robots de color rojo con detalles plateados. Inmediatamente miró a sus padres, pues estaba seguro de que ese robots no fue comprado en una tienda.

— Lo construí para tí y mamá lo pintó — Reveló Howard con una sonrisa.

— Espero que te guste. Sabemos que el rojo es tu color favorito — Sonrió Peggy.

— Me encanta — Tony abrazó a sus padres.

Gregory y Morgan miraba aquella escena con una mueca en sus rostros, sobre todo el menor. ¿Por qué todos eran así con su primo? ¿Por qué todo giraba en torno a Tony? Tony esto, Tony aquello. Su motor V8, su placa de circuito eléctrica, sus calificaciones y mucho más.

Los minutos transcurrieron mientras los niños jugaban y los adultos estaban entretenidos con su conversación bebiendo un poco más de vino. Nadie notó que Tony dejó sus juguetes a un lado para fugarse al taller en el sótano mientras Morgan le seguía los pasos.

Tony soñaba con la idea de construir sus propios robots. Sin embargo, aún no sabía programar sistemas para darle alguna orden a su robots por lo que sólo podía dibujarlos, diseñarlos en planos y seguir soñando con que algún día los haría realidad.

— Haré los planos — Dijo tomando unas hojas para dibujar — Será mi asistente. Mi mano derecha así que tendrá un gran brazo con el que me dará todas mis herramientas — Sonrió al concluir su boceto.

— ¿Así que esta es tu cueva? — Cuestionó Morgan mirando el taller de forma despectiva — ¿Aquí es donde escondes para llorar? — Preguntó.

— ¿Qué haces aquí? Este lugar es peligroso no cualquiera puede entrar — Explicó el castaño, lamentablemente su primo no se tomó bien esas palabras.

Un Futuro DiferenteNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ