Capítulo 15

116 12 2
                                    

Tony ajustó la última tuerca con ayuda de su padre, pues apesar de ser un niño de siete años y tener la inteligencia para armar por completo un motor modelo V8 para la motocicleta de su hermano mayor. Al ser pequeño no tenía las fuerzas necesaria para ajustar todas las tuercas.

— Tony, cariño — Su madre se asomó por la puerta del taller — Ya casi es hora de cenar y quiero te des un baño antes de comer — Demandó la castaña.

— Pero mamá, todavía no terminamos — Protestó con ese puchero que siempre lograba convencer a su padre, a sus hermanos y a los Jarvis. A todos, menos a su madre que parecía ser inmune a su ternura.

— No te preocupes campeón, seguiremos mañana — Prometió su padre revolviendo sus cabellos.

— De acuerdo — Suspiró resignado.

— Tu también deberías bañarte, Howard. Estas lleno de aceite de motor — Mamá miraba de arriba a abajo a papá con una mueca en su rostro.

— Ya voy. Ordenaré este desastre primero — Dijo el mayor mirando las herramientas tiradas por todo el taller.

— Vamos — Tony tiró la mano de su madre para guiarla hacia el baño.

Ambos castaños llegaron al cuarto de baño de la habitación de Tony, donde Jarvis se había encargado de llenar la bañera con agua tibia. La madre se encargó de sacar la ropa sucia del menor mientras se quejaba de las enormes manchas de aceite que contenían las prendas.

— Enano ¿Estás aquí? — Arno se asomó por la puerta del baño e interrumpió al menor que jugaba con las burbujas de la bañera.

— Hey ¿No sabes tocar? — Dramatizó intentando cubrirse la parte superior de su pecho provocando que su hermano mayor rodara los ojos — ¿Qué quieres? ¿No puedes esperar? — Preguntó al tiempo que jugaba con la espuma del agua.

— Sólo quería saber cómo va mi motocicleta — Explicó el mayor.

— Bien. Ya casi está lista. Armé el motor pero necesito un repuesto que papá conseguirá mañana — Detalló con una sonrisa.

— Eres increíble — Correspondió la sonrisa del niño.

— Ya que estás aquí ¿Me pasas la toalla? No quiero terminar como una pasa — Comentó viendo sus dedos arrugados por el agua.

Entre risas, Arno ayudó a Tony a salir de la bañera para que pudiera secarse y vestirse. Para la suerte del pequeño, su madre había dejado una muda de ropa limpia sobre su cama y el niño, aunque ya sabía abrochar las agujetas de sus zapatos, estaba feliz de aceptar la ayuda de su hermano.

Arnold no solía pasar mucho tiempo en la mansión Stark. A sus veintisiete años ya se había graduado de la universidad especializándose en negocios y finanzas igual que su tío Edward. Lamentablemente gran parte del tiempo se la pasaba trabajando o de fiestas causando una brecha familiar entre sus actividades.

— La cena está lista, señores — Anunció Jarvis.

— Enseguida iremos, Jar — Contestó Arno.

— ¿Te quedarás a dormir aquí esta noche? — Preguntó Tony esperando ansioso una respuesta positiva por parte del mayor.

— Lo siento. Obie dará una fiesta y estaré fuera toda la noche — Se disculpó apenado.

Tony suspiró bajando la mirada. El niño, añoraba pasar más tiempo con su hermano. Arno se sintió culpable al ver esa carita triste y es que el menor podía ser una gran molestia así como también una enorme bola de ternura a la que no podías decir que no.

— Oye. No te pongas así — Intentó animarlo — ¿Qué te parece si vamos al parque mañana después de tus clases? — Preguntó esperando la reacción del niño.

Un Futuro DiferenteOnde histórias criam vida. Descubra agora