Grises

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Eran grises. Eran de un gris tan profundo como las rocas de un abismo, o como las nubes de lluvia que amenazan con atraer la tormenta.

Si, eran grises. Eran de un gris similar a la superficie de la luna, similar a las rocas de los ríos.

Si... eran muy grises, pero en ellos podías encontrar la inocencia de un niño que observa el mundo por primera vez, la gracia de un venado al saltar por las montañas, la delicadeza de un pétalo de rosa.

Si... ambos eran muy grises. Reflejaban la astucia de un lince al asechar a su presa, la sabiduría de un cuervo para resolver un dilema y ocultaban a la perfección su verdadera naturaleza.

Si, eran grises. Tan grises que te atrapaban con facilidad cubriendo todo a su alrededor de ese intenso gris oscuro. Ese gris que lentamente te aprisionaba hasta dejarte a su merced, conformándolo todo sin que te percates.

Si, eran grises. Tan abismales que lo era todo, lo formaba todo, lo alejaba todo y cubría todo hasta que la observabas bien.

Y cuando lo hacías, que observabas con cierta claridad esa intensa mirada gris, ya era tarde. La depresión ya te tenía en sus manos.

Para apartarte de ella cuesta, porque su gris lo gobierna todo, transformando los días de sol a días grises, transformando sonrisas radiantes a sonrisas grises, cambiando los colores vibrantes por más tonalidades grises, convenciéndonos de que todo siempre fue del mismo tono de sus ojos, del mismo tono en el que ella ve el mundo.

Pero no todo fue siempre gris, los colores, eventualmente, volverán a surgir. Se negará a soltarte, siempre será difícil para ella aceptar que pintemos nuevamente nuestra vida con colores. Tu solo continua, continúa dando pinceladas a la vida.

No es necesario tener toda la paleta de colores para lograrlo, basta con se tenga un poco de blanco, amarillo o verde para darle color y crear una nueva paleta de días soleados, sonrisas brillantes y tonalidades diversas.

Si, eran grises cuando la vi la última vez. Se que volveré a verla en un futuro; sé que volverá a visitarme. Cuando eso pase la recibiré con los brazos abiertos porque su estadía será temporal. Comeré con ella, reflexionaré y lloraré con ella hasta que mis hombros se alivianen de sus cargas y, cuando vuelva la claridad, volveré a pintar mi vida de colores. Porque a veces, un poco de gris es necesario para apreciar mejor los demás colores.

Whispers of the Wisdom Witch: Tales of Life, Love, and the Shadows of the SoulWhere stories live. Discover now