Astro de Colores

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¡Oh, eres tú! ¡Hola! Hasta que al fin llegas por estos lares, amigo... ¿qué? ¿No me reconoces? ¡Soy yo! Cómo podrías olvidar este rostro tan... Oh cierto, ya no es el mismo rostro... Bueno, no importa, lo que si lo hace es que reconozco esa mirada mágica y curiosa por saber cómo se mueven los engranajes del mundo, jeje. Me alegra volver a verte.

Si, si, seguro estás teniendo dudas de quién rayos soy y posiblemente también estarás pensando que estoy loco, que me escapé de algún centro psiquiátrico y que es tu deber cívico llamar a la policía para que me vuelvan a internar. Pero no te espantes, no estoy zafado de ningún tornillo, eso te lo puedo asegurar y también te lo puedo probar.

La mejor manera de cambiar esa idea es por medio de una historia... ¿te gustaría? Vamos, prometo que no te voy a decepcionar, al menos tómate el tiempo de escuchar mi historia antes de juzgar mi sanidad mental. Siéntate aquí a mi lado y déjame hablarte de la historia que tú ya sabes, tu mente actual quizás no pueda reconocerla, pero tu alma, tu cuerpo espiritual la conoce mejor que nadie. Deja que tu alma escuche y reconozca de dónde vienes.

La historia que te voy a contar, mi querido amigo, no es una larga llena de esos clichés románticos que salen en las novelas ni nada de ese estilo. ¿Estás listo?... perfecto, a ver, a ver, deja y ordeno los acontecimientos correctamente, hace tiempo no la contaba, pero me emociona siempre volverla a contar... empecemos esta historia con una pregunta, ¿Alguna vez te han dicho que provienes de las estrellas? Bueno, no exactamente de las estrellas, obviamente naciste como todo ser humano haciendo pataletas para salir, causándole dolores tremendos a tu madre y recibiendo las nalgadas de bienvenida por parte del médico para verificar que estuvieras vivo y respiraras bien.

Cuando hablo de las estrellas me refiero a tu alma, tu espíritu, eso que te define como ser individual en el vasto mundo de personas... las estrellas, más que gases y todo ese concepto científico que ya conocemos, son esferas de luz; unas multicolores, otras de un blanco o dorado neutral, pero luz al final

Cuenta la leyenda que, hace miles y miles de años atrás, no existía algo más hermoso que el flujo de la corriente, un denso e inmenso flujo energético con miles de colores danzantes que se fundían entre sí para crear una nueva gama de colores todavía más vibrantes, apasionados, salvajes y libres que tenían su propio ser. Su luz era mil veces más fuerte y brillante que el sol y su paso por el frío e infinito universo dejaba intencionalmente una estela de esferas calientes que titilaban en menor intensidad que el mismo flujo de la corriente, a esas esferas las conoces como estrellas.

Los planetas a su alrededor conectaban armoniosamente con su energía. Todo era cónsono, inclusive el caos vibraba en equilibrio con el flujo, porque del caos se creaban nuevas posibilidades de energías que, con calma, se armonizaban, coexistiendo con el flujo y los componentes del espacio. No existía discordancia en el universo, todo era armonioso.

Algunos rumores, para nada comprobados científicamente, dicen que este flujo de la corriente es un ser superior (dependiendo en que religión creas puede ser Dios, Buda, Alah, etc.), a quien se le atribuye el origen de muchas vidas. Este flujo de la corriente, o ente superior, buscaba llenar cada rincón del espacio con una porción de su presencia por todo el universo

Cuando estuvo casi satisfecho con su trabajo, sus ojos se posaron sobre un planeta singular: la tierra. La estructura del planeta, sus vistas, sus fragancias y colores los maravilló, sin embargo, tenía algo particular, se encontraba plagado de figuras de barro con distintas formas y tamaños, todas estériles y sin un ápice de vida. Solo moldes vacíos sin propósito.

El flujo de la corriente rodeó el planeta mientras meditaba sobre la razón por la cual aquellas figuras de barro no gozaban de diminutas luces danzantes de vida disfrutando de la armonía del planeta y sus bellos paisajes. Esperó por un tiempo, considerando que aquellos recipientes de barro vacíos cobrarían vida por su cuenta, pero los siglos pasaron y continuaron corriendo sin que nada sucediera.

Whispers of the Wisdom Witch: Tales of Life, Love, and the Shadows of the SoulWhere stories live. Discover now