Capítulo 36

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Rhode encontró esta situación muy interesante. Él era originalmente entrometido. Sin embargo, Lucy también parecía ser formidable con ese temperamento.

—Toma, come más. Come mucho.

Lucy, sentada en la diagonal opuesta de la mesa, estaba transfiriendo comida al plato de Melissa. Como si no lo hubiera hecho una o dos veces, los movimientos de Lucy eran imparables.

Melissa miraba su plato apilado con cara de satisfacción.

— Tienes que comer mucho y aumentar tu resistencia. Sentarse delante de un escritorio durante mucho tiempo también es algo para lo que necesitas resistencia.

Si pretende hablar de resistencia, ¿no debería hacer ejercicio en su lugar? Rhode se tragó las palabras que no podía soportar decir.

—A veces regañas más que Amelia.

Melissa ya se estaba metiendo comida en la boca al ritmo de Lucy. Lucy preguntó ladeando la cabeza.

— ¿Quién es Amelia?

—Sí, es mi familia.

Melissa tenía un apetito voraz.

Sin embargo, empezó a volverse frugal después de enterarse de que Amelia, su tutora, trabajaba demasiado para mantenerla.

Su hábito no ha cambiado mucho ahora que la Academia ha financiado sus gastos de manutención, así que Melissa siempre elegía el menú más barato de la cafetería. Y Lucy se daba cuenta enseguida del estado de Melissa y siempre le traía su ración de comida deliciosa.

Como Lucy cuida mucho de los demás, Melissa, que al principio se resistía a Lucy, ahora la ha dejado a medias.

— ¿En serio? Te estoy dando la lata porque Melissa me gusta como Amelia.

Lucy evitó con tacto la historia familiar de Melissa sin cuestionarla. Melissa decía que el nombre "Amelia" no pertenecía ni a su madre ni a su padre, así que pensó que debía haber alguna razón.

—¿Qué, qué?

Movió mucho la barbilla y masticó la comida como si fuera a morder el tenedor ante el extraño comentario.

Lucy, que había confirmado que la comida que le daba a Melissa acababa en la boca de ésta, empezó por fin a comer su ración.

Sólo el ruido del interior de la cafetería se escuchó entre las cuatro personas durante un rato.

Es...

En algún momento, el sonido de dejar la vajilla se oyó claramente en el oído de Lucy.

Lucy miró a Liel, que dejó el cuchillo.

—¿...?

Además de eso, Liel puso las manos debajo de la mesa.

— ¿Qué pasa?

Lucy revisó primero el plato de Liel, que no había disminuido en cantidad, y preguntó con el corazón desesperado.

— Hoy no tengo apetito.

Liel contestó con mirada desconcertada. Su voz era tan lastimera que Rhode giró la cabeza por reflejo.

Aparte de ser distante con las mujeres, se comporta como un bebé.

Levantó los brazos que le estaba poniendo la piel de gallina.

— ¡Uh!

Rhode, que emitió un pequeño gemido en su interior, vio de repente la mano de Liel bajo la mesa.

'Jaja, me preguntaba dónde estaban sus manos'.

El tenedor, que debería estar en esta recto con el cuchillo, se vio doblado en la mano de Liel de forma extraña.

Mi amigo se volvió un villano | Rof@an Donde viven las historias. Descúbrelo ahora