Me di cuenta de algo después del agotador encuentro con Bella. La primera es que Liel es más popular de lo que esperaba, y la segunda es....
—Aquellos a quienes les gusta Liel podrían vigilarme de cerca.
Acuné mi grueso libro con fuerza en mis brazos con los ojos bien abiertos.
Afortunadamente, me volví lo suficientemente cercano a Bella como para intercambiar números de habitación con ella, pero este es probablemente un caso muy raro.
Si hubiera una próxima vez, era muy probable que no terminara bien.
¡Nunca pensé que el karma de tener un amigo guapo volvería así!
—No me arrastrarán dos veces.
Como resultado de esto, miré a mi alrededor con ojos feroces hasta llegar al salón de clases con Melissa.
Capté la atención de Melissa de vez en cuando mientras me miraba como si fuera una persona extraña.
¿El camino a la sala de conferencias estaba tan lejos? Estaba escaneando diligentemente de izquierda a derecha con una expresión seria en ese momento.
—¡Lucy!
Alguien me llamó por detrás.
Sintiendo una extraña sensación de rareza, miré hacia atrás con sorpresa.
—¿Por qué?
Cometí un error. Debería haber mirado a mis espaldas si tuviera que mirar a todas partes.
Cuando me culpé y miré fijamente a la persona que me llamó, un compañero de clase con lindas coletas dio un paso atrás con expresión perpleja.
—¿Eh? No, es... Llegaste tarde a la clase 3 de economía hace unos días. En ese momento, el profesor nos dio una tarea... Oh, sólo para que sepas...
—¿Ah, de verdad?
—No hay nada más que se superponga con tu clase, así que te llamé para decírtelo ahora... ¿Los otros miembros ya te lo dijeron?
—Oh, no. Me enteré porque tú me lo dijiste. Gracias. Mira, entonces tu nombre es....
—Es Karen Poltina. Sé vuestros nombres. Lucy y Melissa. Como ahora nos conocemos, saludémonos en el futuro. ¡Nos vemos en el salón de clases más tarde!
Karen desapareció, mostrando una notable sociabilidad, como si realmente no tuviera nada más que hacer.
Mientras agitaba mi mano en la dirección donde Karen desapareció con una expresión de perplejidad, rápidamente recuperé el sentido y rápidamente me tapé la boca.
'¡Tengo un amigo más...!'
Estaba tan feliz que ni siquiera podía hablar correctamente.
Fue Melissa quien abrió la boca primero, golpeándome primero.
No sabía que habría alguien más además de ti que supiera mi nombre...
Melissa, que hizo un puchero con los labios y se tiñó las mejillas de rojo, murmuró con voz borrosa.
Al ver a Melissa feliz, sentí el doble de alegría.
—Hay muchos chicos buenos en la academia.
Si seguimos así, ¿no tendremos más de 10 amigos en el futuro?
—Lucy.
Cuando lo estaba imaginando solo, esta vez alguien más me llamó.
¿Hay alguien más que quiera ser mi amigo?
