Capítulo 18

97 22 0
                                    

—Sí, ya veo. Ahora que lo pienso, mi hermana vuelve mañana.

Era una noticia sobre Dioleta después de mucho tiempo.

—¿Dioleta?

—Sí, se está graduando ahora.

Una de las razones por las que esperé a que Dioleta entrara en la academia fue por esto.
En el año en que Dioleta se graduó en la academia, Liel entró en la escuela. En otras palabras, aunque yo no haga nada, hay una diferencia de más de seis años entre Liel y Dioleta.

—Dijiste que harías el examen de ingreso pasado mañana, ¿verdad?

—Sí

—Te lo digo por si acaso, pero no se te ocurra hacer el examen y luego volver.

—¿Ah...? ¿Por qué...?

—Ha...

Como era de esperar, supongo que iba a hacer el examen y volver. Suspiré inconscientemente al ver a mi amigo que lo iba a pasar mal y sufrir.

—¿Por qué? Es porque estarás cansado.

—Solo estaré yendo y viniendo, no es tan difícil y no estaré cansado para nada.

Liel sacudió la cabeza y dijo.

—¿Qué sentido tiene eso? Quédate en la academia.

—Pero no nos veremos por un tiempo.

—Es sólo un año de todos modos.

Mientras yo inclinaba la cabeza y decía, Liel se mordía el labio inferior con gesto agrio.

Era una cara llena de quejas.

—De todas formas volveré a verte cuando entre en la academia, así que no es como si no pudiera verte siempre.

Lo dije por Liel, pero no pareció gustarle mi respuesta.

—Deberías ir y aprenderte los terrenos de la academia y sus alrededores por mí.

—Entiendo...

Liel se vio obligado a aceptar mi oferta con voz hosca.

'Le gusto tanto'.

Mirando a Liel, que estaba disgustado, pensé que todavía me consideraba una amiga íntima.
Ahora que Liel se ha ido, estudiaré mucho el resto del año. No puedo defraudar a la abuela y a Liel si suspendo el examen.

Dándole una palmadita en el hombro a Liel, me prometí a mí misma.

Tengo que aprobar.

(...)

El día de la partida de Liel
Dioleta y yo nos pusimos delante del carruaje por la mañana temprano para despedir a Liel.

—Pero me alegro de que hayas aprendido esgrima. Si alguien intenta intimidarte, golpéalo con los puños o con la espada.

Seguro que los que tienen personalidades retorcidas intentarán meterse con el origen de Liel.

Sólo de imaginarme a Liel siendo acosado mientras yo no estaba, la irritación se disparó en mi interior.

—Sí, comprendo.

—No te saltes las comidas sólo porque la comida no es de tu gusto. Estoy más preocupada por ti que por Dioleta.

—Sí, me aseguraré de comer.

—Dijiste que ibas a tomar esgrima, ¿verdad? Ten cuidado de no hacerte daño mientras entrenas. Siempre que te lesionas, dura bastante tiempo.

Mi amigo se volvió un villano | Rof@an Where stories live. Discover now