🎈𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟮𝟮🎈

697 104 78
                                    

Luego de haber derrotado a esa maldita cosa, todos abandonaron las alcantarillas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Luego de haber derrotado a esa maldita cosa, todos abandonaron las alcantarillas. Se abrazaron y quedaron de verse al día siguiente.

―¿Estarás bien? ―no pudo evitar preguntar Milán a Bill.

Ambos se encontraban frente a la casa de ella.

―Sí ―Bill le sonrió, aunque su sonrisa no le llegó a los ojos.

―Puedo ducharme rápido e ir a tu casa, no sé ―propuso ella.

―No es ne... necesario.

―Bill...

―Hablo en... enserio, quiero que descan... descanses ―Bill dejó su bicicleta en la calle para acercarse a tomar el rostro de Milán entre sus manos.

―¿Me prometes que estarás bien? ―susurró preocupada, mirándolo.

―Lo... lo prometo.

Milán asintió poco convencida. Le dolía saber que él no se encontraba bien. ¿Cómo iba a estarlo? El sueño y las esperanzas de encontrar a Georgie habían sido destrozadas de una forma tan cruel. Su pequeño hermano no volvería.

Cerró los ojos al sentir los labios de Bill sobre los suyos. Era un beso diferente, lleno de dolor y tristeza. Un beso que transmitía todo su sentir.

―Te veo mañana ―murmuró Bill una vez se separaron―. Qui... quiero hablar con tu hermano.

Milán lo miró sorprendida.

―¿Seguro?

―Contigo to... todo es seguro―asintió―. ¿Te parece?

Ella asintió repetidas veces, feliz.

Bill le dio un último beso antes de marcharse. Milán corrió a ducharse antes de que su hermano o Ally llegarán a casa. Respiro con tranquilidad sintiendo como el dolor de su pecho disminuía poco a poco.

Sin embargo, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas. Lágrimas de alivio al poder salir todos con vida, pero también de dolor. Le hubiera encantado conocer a Georgie, ser su amiga y juntos hacer la vida de Bill mejor. Ahora le tocaba a ella. Haría a Bill feliz, lo ayudaría a sanar esa herida que el perder a Georgie le provocó. Lo haría.

No dejaría a Bill caer en la oscuridad, ella misma sabía lo difícil que era salir de ahí.

Se recostó en el sofá, mirando al techo. Ahora que eran libres, podían hacer muchas cosas. Por primera vez en mucho tiempo quería disfrutar del verano; salir con sus amigos, ir a nadar, hacer pijamadas con Bev. No quería pensar más en el pasado.

Su padre estaba muerto y con todo su corazón deseaba que estuviera ardiendo en el infierno.

Su madre... ella siempre tendría un lugar en su corazón, pero debía avanzar. Ella lo hubiera querido así.

𝗘𝗩𝗜𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢 | 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗗𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 ✔Where stories live. Discover now