🎈𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟮𝟭🎈

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Milán intentó correr detrás de Bill, pero Richie y Ben la detuvieron

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Milán intentó correr detrás de Bill, pero Richie y Ben la detuvieron. Todos se observaron entre sí para luego juntos empezar a caminar por uno de los tantos túneles.

―¡Bill! ―gritó Eddie después de unos segundos de silencio.

Milán quiso adelantarse deteniéndose en seco al ver a su amigo caer en alguna especie de hueco bajo el agua. Se acercó a ayudarlo, ignorando las náuseas que empezaba a sentir.

―Vamos, levántate son aguas grises ―Richie habló a sus espaldas.

―¿Dónde está? ―Eddie miró desesperado el agua bajo sus pies―. ¿Y mi linterna?

―Al diablo la linterna, Ed ―Milán acercó su mano para ayudarlo a levantarse.

―Ahí está, ahí está ―Mike quiso señalar siendo interrumpido por los gritos de todos.

Milán cayó de espaldas cerca de los pies de sus amigos, sus gritos se mezclaron con los de los demás en una horrible melodía. Horrorizados miraron la cabeza de algún niño flotar en el agua, y el horror no hizo más que incrementar cuando otros empezaron a salir a la superficie.

Mike y Richie ayudaron a Eddie a ponerse de pie, Stan y Ben a Milán.

Empezaron a correr, alejándose de la horrible escena.

En la mente de todos solo cruzaban dos cosas; encontrar a Bev y a Bill.

Ese estúpido payaso podía irse al diablo en ese preciso momento, solo querían a sus amigos de vuelta.

Corrieron hasta que pudieron divisar a la lejanía un poco de claridad. Detuvieron su andar para empezar a caminar más precavidos, todos con sus armas en alto. Los ojos de Milán se abrieron a más no poder, cuando visualizo a Bev flotando.

―¡Beverly! ―fue la primera en gritar.

―Beverly.

―Santo Dios.

Escuchó a sus espaldas.

Todos aceleraron su caminar, deteniéndose cerca de ella para observarla. Parecía sumida en alguna especie de trance, ajena a todo lo que había a su alrededor.

―¿Cómo es que esta flotando? ―escuchó a Richie preguntar.

―Hay que bajarla ―susurró Milán, preocupada.

Necesitaba saber que su amiga estaba bien. Quería volver a escuchar su voz, tener esas tontas charlas de chicas que siempre pensó eran estúpidas. Quería volver a abrazarla.

―Chicos ―la voz asustada de Eddie atrajo la atención de todos―. Esos son...

―Los niños perdidos ―completó Stanley―. Flotando.

Los vellos de Milán se erizaron, flotando alrededor de cientos de cosas se encontraban miles de niños. Todos los desaparecidos.

Milán se alejó de sus amigos en silencio. Ninguno pareció darse cuenta. Con su bate en alto, miró a su alrededor en busca de Bill.

𝗘𝗩𝗜𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢 | 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗗𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 ✔Where stories live. Discover now