Un Gran Festival

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Terminé el entrenamiento con Sagi-sensei. Estaba agotado, pero también orgulloso por lograr superar mis expectativas esta vez. 

—¡Hey!, ¡Santiago!

Me volteé y alcé una ceja al darme cuenta quienes se trataba.

—¿Guy? .—Él asintió energético, miré a su costado y abrí mis ojos con sorpresa—. ¿David?, ¿Cuándo llegaste?

—Hace, literalmente unos minutos .—Revolvió su cabello, sonriendo con sus, ahora, características sonrisas Uzumakis—. ¡Te extrañé! .—Me dio un fuerte abrazo. Me quedé medio tieso ante su acción. Luego se alejó de mí y sonreí.

El contacto físico no me gusta del todo, pero, de cierta forma disfruto el cariño que trasmiten a través de él.

David se fue por seis meses con Jiraya después de navidad. Al igual que Naruto, él también quiso entrenar en la montaña de los sapos y aprender varias técnicas en distintas ciudades. No lo vimos por mucho tiempo, al menos espero que haya mejorado en sus habilidades, como yo.

—¿A qué vinieron? .—Pregunté.

—Vaya, al parecer no fuimos los únicos en ser citados .—Me asomé detrás de Guy, viendo a Asuma y a Kakashi acercarse con los demás chicos (hombres) de nuestra generación.

—Espero que sea importante .—El Hatake metió sus manos en los bolsillos delanteros de su overol gris y nos brindó una mirada seria.

—¡Es muy importante, créanlo! .—Gritó el de traje verde, alzando uno de sus brazos con alegría—. ¡Por fin, estamos todos los hombres de esta generación unidos otra vez!

Sé que Guy no lo decía a mal, y que se refería a Kakashi en palabras, sin embargo, el peli-plateado apartó levemente su cabeza, mirando a un lado con un pequeño ceño fruncido. Hice una diminuta y casi invisible mueca.

Obito...

Ya apresúrense. Tenía cosas que hacer y las dejé por venir .—Genma rodó los ojos.

¡Vengan con nosotros! .—Exclamó David corriendo a una dirección lejana junto a Guy. El resto nos miramos y los seguimos, saltando de techo en techo.

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Fiorella

Desactivé mi técnica ocular y fruncí el entrecejo, mirando a mis antiguos "enemigos" desaparecer como pólvora. Fugaku había hecho algunos clones de fuego para darme guerra, la cual, yo gané. Recogí el kunai del suelo y lo limpié, entonces, fue ahí donde el verdadero Fugaku salió de entre los matorrales y me miró.

—Veo que no estás tan cansada como otras veces, muy bien. Tus técnicas de pelean han mejorado mucho, felicidades.

Sonreí, orgullosa de sus cumplidos.

—¿Cuándo volvemos a...?

—Creo que mereces un descanso .—Le observé sorprendida. A lo que van de los entrenamientos, Fugaku nunca me ha dado un descanso, hasta ahora.

—¿En serio?

—Sí, estaré muy ocupado con el clan. Además, mi esposa en unos días dará a luz, así que deseo estar al pendiente de ella también.

Interviniendo en NarutoWhere stories live. Discover now