Dangos

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Camila

— Entonces... ¡¿Dijo que nos entrenaría él?! —exclamó Fiorella verdaderamente sorprendida. Nos encontramos ahora mismo en la casa de Santiago. Tsunade-Sensei se había ido hace poco, después de mi entrenamiento como cada día. Hiruzen estaba en una reunión con Minato, y Asuma quedó en encontrarse con unos amigos en Ichiraku. Estábamos los cuatro solos.

Mi hermano nos acabó de contar que el día de su cumpleaños Minato le había dicho que nos entrenaría.

Los entrenamientos que hemos teniendo con nuestros respectivos senseis son buenos, en lo personal, a mí, me ha hecho mejorar mucho. Sin embargo, sería todavía más genial que Minato nos entrenara.

David sonrió emocionado y una mirada traviesa se ubicó en sus ojos.

— ¡Sí! Y, además... —de una bolsita que tenía a su costado, sacó cuatro cajitas, las que nos repartió a cada uno de nosotros y él se quedó con una—, por mi cumpleaños me regaló un kunai.

— ¿En serio? Para eso mejor un cuchillo de la cocina —dije con ironía, soltándoles risas a Fiorella y Santiago.

David rodó los ojos—. Un kunai con el sello del Jutsu del Dios del Trueno Volador.

Paramos de burlarnos y abrimos nuestros ojos como platos.

— No me digas que es por eso lo del entrenamiento —dedujo Santiago mirándolo perplejo y muy asombrado

— Sip —asintió David sacando el kunai de su cajita, mostrándonos el sello—. Me dijo que me enseñaría a usarlo, y que me lo planeaba dar desde que me hice Jōnin, pero prefirió esperar hasta mi cumpleaños.

— ¿Los cuatro somos Jōnin? —preguntó Fiorella.

— Claro, nos convertimos casi al mismo tiempo que Kakashi —informó—. Minato también mencionó que les enseñaría a controlar el Jutsu, así que me dio esos kunais para que se los entregue.

Abrí la cajita que me dieron, viendo el kunai perfectamente acomodado.

— Bueno, aprender eso será de mucha ayuda —comenté sonriendo con un poquito de emoción, cerrando la caja—. Dile que le agradecemos.

Mis dos primos asintieron, apoyando mi idea.

— Claro que lo haré. Por cierto, él no me ha dicho todavía cuando empiezan los entrenamientos, así que cuidado, eh.

Una vez recibida esa información, conversamos un poco más y avisé mi retiro, pues quiero llegar a mi casa para repasar algunas cosas que me mandó Lady Tsunade con respecto a  nuestras prácticas, ya que no sólo es control de chakra que me está enseñando, sino también jutsus médicos.

De igual, creo que Fiorella y David ya se iban también.

Me paré en la ventana y me despedí, para así irme de ahí.

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Fiorella

Desde que llegué aquí, las ganas de comer un dango me mataban, y nada mejor que comerlo en la tienda de la madre de Izumi.

¿Y saben a quién invitaré?

Exacto.

¡A Itachi!

Interviniendo en NarutoWhere stories live. Discover now