Reencuentro de amistades

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Sus perlas brillantes seguían a la niña de once años que no paraba de correr de aquí a todas partes. La expresión del bebé demostraba curiosidad. ¿Por qué su hermana mayor se movía de un lado al otro? Ya lo comenzaba a marear.

La verdad, es que el pequeño Neji no comprendía que Camila estaba en muy serios problemas. ¡Maldición, había olvidado por completo que tenía que hacer un viaje de misión a la aldea oculta de la arena con su equipo hoy!

La castaña sólo se repetía y rogaba mentalmente por un poco de piedad. Alexander era capaz de enviarla a Júpiter... Esperen... No, por supuesto que no, ¿quién era la del taijutsu en el grupo? ¿Quién era la "única e inigualable"? Exacto, ella. ¿Qué es el miedo? ¿Se come?

—¡Camila, tu equipo lleva un buen de tiempo aquí! .—Exclamó la que ahora se hace llamar su "tía" desde la cocina, puesto a que se había ofrecido a hacerles un desayuno a los recién llegados. Según ella, los cinco deben ir muy bien alimentados para que no se cansen rápido y que la misión sólo tenga la palabra "éxito" cuando la describan.

—¡Ya voy! .—Respondió la chica guardando en el interior de su mochila (literalmente) cualquier prenda de ropa. Guardó sus cremas de cara, ignorando el hecho de qué tal vez Alexander le vaya a recriminar por eso.

Se dirigió a su hermanito de aquella dimensión y lo cargó en sus brazos. El niño continuaba con su expresión extrañada y hasta algo divertida. No tenía la menor idea de por qué su hermana estaba así, pero lo que sí sabía era que se la veía sumamente chistosa.

Con dificultad se colocó una de las correas de su mochila en su hombro mientras que con su brazo derecho sostenía al castaño. Bajó las escaleras apresurada y corrió a la cocina, donde, sus compañeros de equipo y maestro, comían tranquilamente junto a Hana.

—¡Pensé que estaban por irse y dejarme! .—Se quejó la niña.

—Te tardaste tanto que tu tía se ofreció a prepararnos desayuno, y ¿cómo íbamos a rechazar la amable oferta? .—Camila frunció el ceño cuando Santiago terminó de decir aquello. Cruzó sus brazos y torció los ojos con evidente fastidio. ¿Por qué rayos, entonces, le gritaban así de horrible sabiendo que comerían de igual manera?

—Mejor siéntate y no te quejes .—Ordenó el que ahora es Hatake apuntando con su mirada una de las ocho sillas de la mesa. La chica se acercó a su mamá para entregarle a Neji, y bufando, obedeció la orden de su sensei sin tener más opciones.

Comieron con un poco de velocidad y se levantaron de la mesa al terminar. Se despidieron de Hana y Neji, para finalmente salir de la residencia Hyūga y dirigirse a las afueras de la aldea.

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David

—¡Nuestra primera misión de equipo! .—Exclamé híper emocionado. ¡Por fin! Una misión donde los cinco somos partícipes. Sé bien que no es la primera vez que el "equipo 4" hace misiones, pero esos no éramos nosotros, eran nuestros "Yo" de aquí.

—Sólo procuren no arruinar nada .—Advirtió Alexander corriendo y saltando de rama en rama con gran agilidad. Me costaba seguirle, sin embargo, lo hacía y eso me gustaba.

—Ya que usted, señor perfecto, no arruinará nada; ¿qué le parece si nos da algunos consejos? .—Habló Fiorella con palabras sarcásticas y poco sinceras. Si no estuviera ocupada manteniendo el equilibrio en los árboles para no caerse, seguramente ya le hubiera dado un buen puñetazo.

Interviniendo en NarutoWhere stories live. Discover now