Capítulo Veintitrés. Parte Dos: El Final

64 10 2
                                    

≪•◦ ❈ ◦•≫ ── ≪ ꧁꧂ ≫ ── ≪•◦ ❈ ◦•≫

Narra Serena:

Una brisa suave acaricio mi espalda y el cosquilleo que provocaban las llemas de unos dedos, me hicieron abrir los ojos. Namor seguía a mi lado, sus ojos estaban llenos de ternura y de ilusión, y una hermosa sonrisa apareció en su rostro.

—¿Qué tal dormiste? —pasó una mano por mi cabello.

Una carcajada salió de mi boca al recordar todo lo que había paso la noche anterior.

—Después de tal acción que ocurrió anoche —me acerqué y bese sus labios—, no me fue imposible conseguir el sueño.

—No se si es el mejor momento —suspiro—, pero extrañaba tanto estos momentos. Estar a tu lado, besarte y poder sentirte entre mis brazos.

Acercó su rostro al mío una vez más, depositando un beso tierno pero largo en mis labios.
Namor se levantó y se puso de pie, busco su short que había dejado botado en el suelo la noche anterior y me ayudo a ponerme de pie. Nos dimos cuenta que, era la única que no tenía ropa para cubrirse más que la falda que llevaba el día anterior, pues, Namor había destrozado la tela que usaba como un sostén. Ambos reímos ante la situación y opté por usar su tilmatl como un vestido.

—Es increíble lo hermosa que puedes llegar a verte con o sin ropa. —tomó mi mano para acercarme a él, por mi parte, desvíe la mirada. A pesar de conocernos tan íntimamente, seguía provocando que me sonrojara con sus comentarios.

—Por favor, pará. —solté su mano para poder cubrirme el rostro con ambas manos.

A mitad del camino, Namor detuvo mis manos y me tomó por la cintura, pegándome a él.

—Jamás voy a parar —poso una mano sobré mi mejilla— y hoy no será la excepción.

—¿Qué quieres decir? —me separé un poco de él y Namor tomó una de las orillas del tilmatl—. ¿Qué estás...?

—Cierra los ojos. —me sonrió.

Lo miré un poco extrañada, pero terminé obedeciendo. Sentí cómo Namor aún se movía buscando algo hasta volvió a hablar.

—Ahora, ábrelos lentamente. —dijo con suavidad.

Lentamente fui abriendo mis ojos, parpadee un par de veces hasta que mi vista se acostumbró a la luz y enfocó en el objeto frente a mi rostro, era el anillo que llevaba buscando desde hace unos días.

—Creí... Creí que lo había perdido. —mis ojos se cristalizaron por la emoción.

—Tal vez lo perdiste, pero ahora regresó a ti. —Namor tomó mi mano y me puso el anillo. Inclino un poco su cabeza y depósito un beso sobre mis nudillos.

—Gracias. —sonreí.

—No, espera —dio un paso atrás y se arrodilló frente a mí—. Aún estamos a tiempo de recuperar todo lo nuestro. Tal vez es el peor momento y no tienes porque responder en este preciso instante, pero... ¿aún aceptarías casarte conmigo?

Namor permanecía inmóvil frente a mí, apoyado en una de sus rodillas con su mirada fija en la mía. Mi corazón y mis labios querían gritar "si" con todo el aire en mis pulmones, pero mi mente me detenía en ese instante, recordándome lo que había sucedido y trayéndome imágenes de todo el caos en Aztlán.

—No... —respondí sin una duda, pero con un gran dolor en mi corazón.

—¿No...? ¿qué? —bajo un poco sus brazos y aún arrodillado, me veía con dolor en sus ojos—. ¿Por qué?

In Yaakumech | NamorWhere stories live. Discover now