XI: 𝓔 𝓼𝓮 𝓽𝓲 𝓲𝓷𝓿𝓲𝓽𝓪𝓼𝓼𝓲 𝓪 𝓫𝓮𝓻𝓮 𝓺𝓾𝓪𝓵𝓬𝓸𝓼𝓪?

668 26 29
                                    

KAI HOSSLER

Odiaba las reuniones, me parecían aburridas. Todas, da igual de qué fuesen. Pero esta en especial se me hizo llevadera, quizá porque no estaba escuchando a las voces de mi alrededor y estaba concentrado en ver cómo el lápiz con el que jugueteaba se deslizaba entre mis dedos.

Haven Carson. Haven Carson la especialista de dibujo gráfico, Haven Carson la chica que no lleva tanto tiempo en el cuartel pero es jefa de una de las misiones más importantes de este.

Haven Carson la mujer que estaba provocando que mi concentración se fuera a la mierda cuando me caracterizaba por no perderla nunca, aunque las misiones me resultasen tediosas.

—¿Kai?—escuché mi nombre por ahí y levanté la vista intentando entender cómo la pizarra donde estaban poniendo todas las pruebas había avanzado a un nivel gigantesco.

Al fin, nos habíamos reunido los de siempre, los Hossler, que estaban sanando porque Jayden finalmente había decidido hablar con mi madre, que era una gran sorpresa que volviera a meterse en las misiones, Lenna que se pasaba notitas con mi hermano jugando al ahorcado, Josh, Bryce, y Ash, que ni siquiera miraba a mi hermana, lo cual era raro teniendo en cuenta que hace dos años dejó en claro que quería, al menos, meterse en su cama.

—¿Sí?—pregunté analizando la pizarra rápidamente para no perderme.

Noté la mirada de mi padre sobre mí y le advertí que ni siquiera se le ocurriera decir algo de sus sospechas. Vi cómo hizo el amago de sonreír cuán diablo. Mi hermano y él eran dos copias idénticas.

—¿Colocaste los micrófonos?—preguntó mi padre y asentí.

No, no di esa vuelta por casualidad. Sí, me colé en la sala donde sería la reunión. Sí, accedí al sistema de cámaras y borré la grabación suplantándola con otra y mezclándola con la de hace meses para que no encontrasen una idéntica.

—Por ahora lo mejor es que estén ahí, en cuanto digan de ir a otro sitio haré lo mismo. Lo importante es saber lo que se hablará dentro de esa sala.—respondí mientras recordaba cómo había apagado los micrófonos cuando vi que Haven aún seguía en la habitación.

Una cosa era la misión y otra muy distinta eran mis conversaciones con ella sin ánimo de lucro y sin querer sacarle información. Estoy jodido. Que me lleven preso, no puedo sacármela de la puta cabeza y no sabía por qué.

Creo que no me había costado tanto concentrarme en la vida e hice un esfuerzo enorme por que cada vez que mencionasen el cuartel cada dos por tres no me volase la mente a la pelirroja con cuerpazo y más dulce que una panadería entera que hacía que se convirtiese en mi caso empalagoso favorito.

Qué repugnancia doy.

A pesar de eso, por fin, pude alejarla de mi mente aunque fuese por unas horas.

—Kai, ¿puedes mostrar tus bocetos sobre las posibles piezas de robots?—indagó mi padre y yo asentí levantándome y exponiéndolos en el proyector. No era un magnate del dibujo a mano, así que las hice en 3D para que pudieran ser mejor vistas.

—Son unas memorias imperceptibles, teniendo en cuenta cómo la tecnología de Morgana siempre intentaba ser discreta para que nadie supiera lo que iba a hacer al final, diría que lo escondería en lo más recóndito del cuerpo, a no ser que—hice una mueca pensando si en lo que iba a decir después tendría lógica alguna—fueran irreconocibles, es decir, que se mimetizasen, y no tengo ni puta idea de si eso es posible.—me encogí de hombros.

—Con lo avanzada que está la tecnología no me extrañaría. Además, Morgana hubiera hecho lo imposible posible.—comunicó Lenna y su padre asintió con la cabeza en señal de apoyo, como siempre hacía.

KAI [BETRAYED #4]Where stories live. Discover now