Nueve: "Quiero recuperarte."

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Capitulo 9

-Yo no me alegro. -gruño, cruzándome de brazos, esperando que se marche. Sin embargo, hace justo lo contrario, acercándose aun más a mi e invadiendo mi espacio personal.

-¿En serio? No te creo. -Responde, su risa chocando contra mi mejilla.

-Pues deberías. Has venido aqui por mi padre, no porque yo quiero.

-Uh! -se lleva la mano al pecho, como si le doliera lo que le he dicho.- Que puñal.

-Ja. Ja. Ja. -me río sarcasticamente, con la frustración brotando por dentro. imbecil- Sigues siendo el mismo idiota que hace años. No has cambiado.

-¿Así que esperabas que hubiera cambiado de carácter? -Se apoya sobre la encimera y coloca su barbilla en sus manos.

-Si cielo, el fisico no lo es todo. -Le lanzo una mirada ironica, girandome para salir de allí de una vez por todas.

Oigo un ruido detras de mi, y sus brazos musculados rodeando mi cintura. Observo por el rabillo del ojo el extremo de un tatuaje que sobresale de su camiseta.

-Nena, no te vayas. -cuando apoya sus labios abiertos sobre mi cuello, se que he llegado a mi limite. Me suelto de sus brazos y me giro, para posteriormente lanzarle un puñetazo en toda la cara que hace que se tambalee para atrás.

-No. Me. Toques. -Siseo, separando lentamente cada palabra, con el puño hormigueando por el impacto.

-Tienes fuerza, mierda. -Protesta, tapandose la nariz lastimada con la mano.

-No me toques y no te golpeo. -Me cruzo de brazos, mirándolo con el entrecejo fruncido- es muy simple.

-Vale, vale. -Se destapa la cara, y no consigo ahogar una enorme carcajada. ¡Parece Rudolph con congestion nasal! -¡No te rias!

-¡Como no me voy a reir! Mírate por Dios. -Me agarro el estomago, casi sin poder respirar por culpa de mis carcajadas.

-Echaba de menos tu risa... -susurra, haciendo que deje de reir paulatinamente y lo mire fijamente.

-Fue tu culpa, y lo sabes.

-Yo... -Lo interrumpo, antes de que pueda excusarse de alguna forma.

-Tu nada Brad. Fuiste un cabron, lo mandaste todo a la mierda, y punto. Aunque fuera un noviazgo decidido por nuestros padres, pense... pense que despues de dos años algo había cambiado.

-Lo se, y quiero cambiar eso. No porque me haya llamado tu padre, sino porque estoy arrepentido, porque quiero cambiar las cosas, quiero recuperarte.

Sacudo la cabeza, dejando escapar un sonoro suspiro.

-No es tan facil ¿vale? Además, todavia no se como te reconstruiste la cara. ¿Te hiciste cirugía facial?

-Tampoco entiendo aun como me arregle la cara despues de la paliza que me diste, a mi y a Loren, pero eso no es el tema...-

-¡Ah ya! ¡Esa zorra! Espero que su cara de perra siga desfigurada, y tu la volveras a tener como sigas hablando.

-Has cambiado demasiado.

-¿Me lo estas comentando o informando? -Ante su silencio, sigo hablando- la gente cambia, asumelo. Ya no sigo siendo la misma imbecil que se enamoró de ti.

-Solo... hablemos por favor. ¿Quieres ir a tomar un café conmigo? Conozco una panaderia donde hacen un increible cafe casero.

-No. -Soy rápida, no pienso salir con él ni borracha.

-Por favor... -La interrupción de Eric en la cocina lo silencia, y dirigimos nuestra mirada hacia él, mientras se coloca una chaqueta de traje.

-Que chicos, ¿qué tal todo? Espero que hagáis buenas migas, tengo grandes noticias para vosotros.

-Normal, señor. Las cosas estan bastante tensas después de todo este tiempo.

El se empieza a reír, sacudiendo la mano como restándole importancia al asunto.

-¿Aun sigue enfadada por eso? Es demasiado caprichosa, siempre quiere lo que no tiene.

-¡Eso no es cierto! -La cara se me pone colorada de ira, y me tiemblan y sudan las manos. ¿Cómo se atreve a decir que todo lo ocurrido es culpa mía?

-No mientas. -Me da una sonrisa forzada, que esconde las ganas que tiene de darme un guantazo.- Te inventaste esa tonteria para romper y ser una furcia con esa amiga tuya hija del servicio.

-¡No metas a Ayleen en esto! -Grito, perdiendo el control. Todo mi cuerpo tiembla, pero a la vez tengo miedo de que el no se frene y me golpee delante de mi ex-novio, que no tiene ni idea de lo que pasa aquí.

Miro a Brad con ojos de suplica, intentando sin palabras que me ayude. No puede seguir siendo tan imbecil para no apoyarme en esto.

-Señor, no le eche la culpa a su hija, ella tiene razón, yo la engañé-

-No intentes protegerla, la conozco. -"no, no lo haces, malparido."- no hay mas que hablar. -Brad intenta hablar, pero mi padre se lo impide.- ¡Te he dicho que no! -carraspea, y sonrie falsamente, calmandose. Me voy a una reunión -hace enfasis en la última palabra, casi provocandome arcadas. Hijo de puta.- salid a tomar algo y divertios.

Dicho esto, se marcha de la habitacion y se dirige a la entrada, saliendo y cerrando la puerta tras de si.

-¿Vamos? -Murmura dubitativo, mirandome con disculpa.

***

Ya sentada en una silla enfrente suya, me sigo reprochando mentalmente el haberlo acompañado, cuando lo que me habría gustado sería mandarlo a la mierda y encerrarme en mi habitación con comida basura, buena música y un libro.

¿Qué se supone que tengo que decir ahora? ¿que lo observo con ojos de enamorada, porque en realidad siempre lo había echado de menos y no me importaba la cornamenta que me habia puesto? Nada de eso, solo miro mi taza de mocca con canela sin dejar de revolver la taza, esperando que la "cita" termine para poder marcharme rapidamente a casa.

-Oye Savannah... -Carraspea, intentando llamar mi atención. Levanto la cabeza y lo miro, sin dejar de mover la cucharilla que gira en el caliente líquido.

-¿Qué pasa? -respondo seca y cortante. Aunque en el pequeño interior del local haya gente escuchando, no me voy a andar con rodeos para que me deje en paz.

-Antes de que digas nada, déjame hablar. Fui un imbécil, un cabron, un... malnacido, pero entiendeme, solo era un chico inmaduro. He cambiado, no quiero volver a hacerte daño; te sigo queriendo. Por favor, perdóname.

-Me hace gracia ver como alguien, en este caso un hombre, se arrastra de esa manera por una reconciliación. Da pena ajena. Solo te falta arrastrarte por el suelo y besarme los pies.

Soy cruel, pero no me importa. Para mi la sinceridad es lo más importante de una persona. Por otra parte, es agradable poder desquitarte con él después de todo lo que hizo.

-Lo se, pero fue horrible perderte, eras lo mas importante en mi vida. -genial, el show de lagrimas de cocodrilo.

-Si, tanto que me engañaste. -resoplo, enfadada.

Entonces, la puerta se abre de golpe, y me muerdo la lengua para no gritar, me la muerdo hasta que sangra.

Y recuerdo entonces que la calle donde lo vi bailar está a unas manzanas de la cafeteria, que Brad está aquí y que cuando me dejó en mi casa tenía ganas de matarme.

-Mierda.

Mundos opuestos. (P A U S A D A)Where stories live. Discover now