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Eunjin regresó a la sala de emergencias poco después. Su paso dudó al encontrarlos a Sungguk y él junto a Park Siu. Su atención fue directo a su amigo, quien todavía se ubicaba a un lado del hombre. Entendió tarde el error que había cometido. Su expresión era de piedra al llegar junto a ellos, decía sin palabras «hablaremos de esto en privado». Tras sonreírle a Park Siu para asemejarse más a un policía bueno que a uno malo, Eunjin le hizo un gesto de barbilla a Sungguk. Ambos se alejaron unos pasos, aun así Minki pudo escuchar la reprimenda.

—¿Qué estás haciendo?

Minki tosió de forma exagerada y se apuntó el oído para indicarle que moderara la voz.

—Los quiero a ambos en mi oficina a las ocho —pidió su jefe con tono más bajo.

—De la tarde, ¿verdad? —bromeó Minki.

—De la mañana —declaró y regresó donde Park Siu. Cerró las cortinas del box, dejando a Sungguk y a él fuera de ellas.

—¿Crees que reciba el ascenso que solicité? —preguntó su amigo con buen humor.

—Quizás en otros cinco años, Sunggukie bobo —se mofó.

Durante el tiempo que estuvieron esperando a que les dieran de alta, su amigo intentó captar la conversación que mantenía Park Siu con Eunjin. No obstante, en esa oportunidad, su jefe había vuelto a abrir la cortina para vigilarlos desde ahí.

Como Jaebyu estaba cerca de finalizar su turno, Minki le pidió las llaves del auto y decidió esperarlo fuera del hospital. Faltaban quince minutos para las cuatro de la madrugada. Había dejado de llover y con ello la temperatura había descendido varios grados. Minki se quejó todo el camino a los estacionamientos mientras buscaban el lugar donde Jaebyu tenía el coche.

—Es impresionante la fascinación que tiene por estacionarse lejos de la entrada —farfulló Minki contra su novio.

La zona estaba poco iluminada, por lo que ninguno de los dos se sorprendió cuando Sungguk tropezó con un desnivel en la calle. Salpicó agua por doquier.

—Es el sueño —se excusó—. Por cierto, ¿me llevarás a casa? Porque Daehyun va a estar muy enojado si me dejas aquí abandonado.

—Eres un conejo lo suficientemente grande para tomar un taxi e irte solo. Sal de tu madriguera.

—Podría —aseguró Sungguk sin inmutarse—. Pero, si empezamos con esa, a ti también te tocará tomar taxi cuando sea yo quien se lleve la patrulla.

No alcanzó a responder, ya que captó que un automóvil encendía las luces a unos pocos metros. Las cerraduras inteligentes eran el mejor invento del último siglo. Minki se sentó de piloto y Sungguk atrás, para después asomar la cabeza entre ambos asientos delanteros.

—Así que, en resumen, Park Siu presentó una denuncia por presunta desaparición de su prometido —comentó Minki cerrando los ojos—, quien además es un m-preg.

—Y se asume que a él le pertenece la sangre hallada en la casa —aclaró Sungguk.

—¿Y realmente lo estamos buscando o fue un discurso oportunista?

—Escuché a Eunjin decir que sí. Como hubo intervención de terceros, al incendiar la casa y manipular nuestra patrulla, Eunjin está intentando que el caso sea clasificado como presunto secuestro y no como desaparición, para que así los detectives tengan más recursos disponibles. De lo contrario...

—... no se hará mucho en las siguientes horas —terminó Minki por su amigo.

—Todo indica que es un secuestro, dado que no se ha en- contrado presencia de algún cuerpo entre los escombros. Además, si se hubiera ido de casa bajo su propia decisión, no se justificaría el rastro de sangre que encontramos.

Still with us (Still with #3)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin