Tal vez que se encontraran no estaba escrito.
Tal vez no estaban hechos el uno para el otro.
Tal vez si eran esas razones.
Marc y Alba.
Él en la cumbre de su carrera. Un ganador. Acostumbrado a la fama, al éxito, a las alabanzas, pero, siendo un sol...
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📆DÍAS DESPUÉS
📌MADRID
Creo que no recuerdo la última vez que comí algo decente. Y con decente, me refiero a un plato de cuchara o tenedor. Porque comer patatas fritas mezcladas con kethup y mayonesa, no cuenta. Ni tampoco meter picos de pan en el bote de nocilla. Pero es lo que tiene estar triste, ser una idiota y echar de menos al chico que le gusta. Y no es Carlos. Es Marc.
Tantas veces que he querido llamarlo y no me he atrevido a hacerlo. Por miedo, otra vez. Porque no sé que decirle. O porque creo que él piensa que ya se lo he dicho todo.
Un par de golpes en la puerta de mi habitación me hacen dejar a un lado el bol de palomitas con miel y chocolate. Me limpio la boca con una servilleta mientras la puerta se abre. Una cabeza rubia aparece por ella, y es verla, y sé, que estoy condenada.
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-Das pena -es lo primero que me dice Marcos cuando entra a mi habitación y cierra la puerta.
-Ahora mismo no necesito que me digas cosas feas -le hago un puchero y me cruzo de brazos, apoyándome en el cabecero de mi cama.
-Pues es lo que hay. Algunos piden cita con el psiquiatra, y las desgraciadas, me tienen a mi. Por suerte para ti -Marcos me da una mordaz sonrisa a la que respondo frunciendo mis labios.