Si cierro los ojos, aún puedo sentir, en la oscuridad, tus dedos deslizándose por mi piel de forma silenciosa. Con la promesa de la expectativa, el brillo en tu mirada que rozaba la picardía.
Tu boca con el gusto a whiskey y arrepentimiento, ese q...
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Sucedía en ocasiones, después de un largo día, la extrañaba. Su voz, decirnos que nos amábamos, escuchar su respiración al dormir. Había cierta intimidad no dicha en el hecho de la compañía, de solo existir a la par.
Una conexión.
Ronnie de alguna forma era mi paz y también mi caos. Mi fuente de estrés.
No es que buscara específicamente cosas de ella que me hacían alejarme. Es que ella necesitaba saberlo todo. Y yo, necesitaba procesar a mi tiempo.
Era sumamente cansado, sentirme siempre bajo una expectativa, bajo la lupa. Incapaz de olvidar lo que había hecho, y sus consecuencias.
No podía tener un mal momento sin que ella se lo tomara personal. No podía estar cansado, ocupado, no podía trabajar o atender otra llamada sin que Ronnie no sintiera que le ocultaba algo.
Simplemente agotador. Asfixiante.
Si. Había fallado millones de veces. Si, pocas habían sido las actitudes que había cambiado...Y si, seguía ocultando cosas. Pero trataba.
Estaba tratando.
Y ella no lo entendía. En su cabeza no podía caber el hecho de que enserio quería ser mejor. De alguna manera siempre lograba hacer algo, una respuesta que la hiriese, un capricho que no cumpliera, un segundo que perdiera mis estribos.
Y todo se iba por la borda.
Lloraba, lloraba sin parar, decía miles de cosas sin que nadie la pudiera callar, escribía mil párrafos expresando como la lastimé, tratando de arreglar las cosas. Los mismos párrafos que yo no leía, palabras que no me molestaba en saber.
Y mientras más ella quería que funcionáramos, más yo quería apartarme.
Más lejos me iba.
Más tiempo tardaba.
Mucho más me convencía de que no podía.
O al menos así era, hasta que la necesidad me despertaba, hasta que recordaba su cariño, extrañaba que se preocupara, que me aconsejara. Que aunque no le dijera nada, ella sabía como me sentía.
Cuando mi orgullo se disipaba, cuando me daba cuenta de que sin importar como ella explotaba, lo radical que era y los errores de ambos. Aun así, la quería. La amaba.
Me encontraba buscando a quien trataba de seguir adelante. Me encontraba en un ciclo destructivo.
Huía de ella pero volvía a buscarla. La apartaba para de nuevo atraerla.
Reabriendo la misma cortada, sin dejar que sanara.
Días, meses, años.
¿Habré desperdiciado mi tiempo? ¿Habré arruinado algo que tenía la posibilidad de ser mi destino?
Lo único que sabía es que Ronnie me había marcado como nadie más lo había hecho.
Sin siquiera intentarlo.
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