Capítulo 14

345 28 8
                                    

ADVERTENCIA: ABUSO S.

Recomendación de canción: Fishtail - Lana Del Rey

Había instantes en donde todo era tan sencillo como respirar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había instantes en donde todo era tan sencillo como respirar. Amarle no resultaba difícil, confuso, no dolía. Era fácil, estable, fluía.

Pero cómo seguías adelante al saber que para él solo era un juego.

Meza solía tener la facilidad de lograr que accediera a cada capricho y demanda de su parte. Solo con el justificativo de que le "ayudaba". Y yo, era feliz creyendo que ese era el caso, que era útil, que aportaba a su vida.

Resultaba trabajoso darse cuenta que había hilos cosidos en mi espalda, cuando el titiritero me colmaba de halagos.

"Sin ti no pienso", "Eres mi complemento", " Sabes que sin ti no hago nada bien.", "Todo lo bueno, lo he aprendido de ti.", "Eres la única mujer que amo y así será siempre."

¿Qué pasa cuando te hacen creer que de verdad no pueden sin ti? Cuando te crean una falsa idea de dependencia. Te enganchan, manipulan, abusan y destrozan.

Cortan los hilos de la marioneta cuando ya está desgastada, cuando a sus ojos, ya no tiene utilidad.

Reclutan una nueva. Aprenden trucos novedosos, y hasta se regodean de que era mejor que la anterior.

Y un día, se dan cuenta que no sabían el valor de aquello que dejaron ir, hasta que lo pierden.

O mejor dicho, estuvieron consientes de cuánto valía, pero pensaron que siempre sería suyo.

Meza era un hombre con alma de niño, dañado, desatendido, con heridas del pasado, con etapas inmaduras por cerrar, con el concepto del amor dañado. Con figuras paternas que le vendieron el cariño como un ciclo tóxico de costumbre. Meza no confiaba, no creía, se proyectaba con seguridad y fortaleza cuando por dentro se desmoronaba.

Se excusaba entre drogas y alcohol, entre otras mujeres. Llenando vacíos que el mismo fomentó. Quedando más hueco, más desalmado.

Sabía. Sabía que no era mi lugar enseñar a nadie, sabía que no era mi lugar velar por alguien más. Preocuparme por quien nunca de mi se preocuparía.

Pero él no sabía lo que era el amor verdadero.

Yo sí.

Mi error fue creer que amándolo de esa manera algo cambiaría.

Meza...te había amado de verdad.

Lastima que tú no a mi.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
R U Í N ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora