La sangre maldita que condena a un amor.
En donde el famoso vampiro original se reencuentra con alguien que no creyó volver a ver jamás, el rostro de su primer amor. A quien consideraba su alma gemela. A quien perdió de forma trágica por culpa de s...
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Estaba algo ansiosa de empezar el día, Elena me dijo que me quería presentar a sus amigos en la feria de hoy, también a su hermano y tía, hacerme sentir parte de ellos, era un lindo gesto de su parte, aun me acostumbraba a las revelaciones de anoche, sobre vampiros y brujas, de que mi mamá es vampiro, y he vivido engañada por tanto tiempo, ni siquiera se como reaccionar, es algo a lo que no te acostumbras tan rápido, o que vivo con dos vampiros, creo que probablemente mi vida ahora es sacada de un libro se Stephanie Meyer, por que tengo la teoría de que puedo ser bruja, por extraños acontecimientos que me han sucedido, dejando fuera que vi que la doppelgänger de mi hermana apuñalara a mi padre, maldición sueno como para ir al psiquiatra, como sea, creo que si de algo estoy segura, es que no me voy a aburrir, pero si saldré con terapia segura.
Terminaba de desamparar y amaba como había quedado, no era la gran cosa, pero estaban las que para mi eran espaciales, aun me sentía como una invasora en el hogar de los Salvatore, pero espero que podamos ser buenos amigos, solo quiero crear vínculos con personas, como los que no he tenido por que he sido una persona que teme al abandono y cierra sus emociones, deseo sentir que no me encuentro sola y vacía, dar un reinicio en mi vida, sería lindo. Coloco un cuadro de mis abuelos y yo, sobre el escritorio, los extraño tanto, fueron los mejores padres que pude pedir, me ensañaron tanto de la vida, que siempre les agradeceré que me hayan amado y protegido tanto, ahora son mis ángeles de la guarda, y espero que no me suelten nunca.
Después de ajustar unos detalles en la habitación, la admiro por unos segundos, ver el librero repleto de todos los libros que he leído, sentir el aroma a canela de mis veladoras, mis cuadros colgados, mis pinturas acrílicas, casi se sentía mi hogar. Salgo de la habitación para ir a la cocina, agarrar valor para pedir una taza de café y no ponerme nerviosa por vivir con dos hombres apuestos y vampiros, que seguro me ven como una brocheta humana, espero que al menos una atractiva.
- buenos días- saludo algo tímida, Stefan estaba sirviéndose café en su taza, inhalo hondo
- buenos días Izzy, ¿como dormiste?- suspiro y me acerco - ¿quieres un poco?- asiento y me siento en una silla de la barra
- si por favor - asiente y me da la suya - dormí bien, tienen camas cómodas, voy progresando con la decoración - sonríe y pone la taza en la mesa
- hice el super, te compre algunas cosas fundamentales para tu alimentación, espero que te gusten - sonrío y me levanto
- no tenías que hacerlo, bueno, evito la dieta sangrienta, pero podía ir yo - ríe y abro el refrigerador
- lo tomas natural, no te damos miedo - suspiro y saco la leche
- crecí con esta clase de información Stefan, Isobel se la pasaba metida en eso - me acerco a la mesa - no era buena madre, no me quería en primer lugar, así que no le importo darme una buena crianza, a los ocho ya sabía todo acerca de vampiros y brujas, todo lo que te puedas imaginar de lo sobrenatural - le pongo leche al café
