La sangre maldita que condena a un amor.
En donde el famoso vampiro original se reencuentra con alguien que no creyó volver a ver jamás, el rostro de su primer amor. A quien consideraba su alma gemela. A quien perdió de forma trágica por culpa de s...
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Desde que tengo uso de razón me ha encantado escribir cada uno de mis momentos favoritos, para que siempre vivan en mi memoria, los felices y hasta los tristes, por esa parte de ti que se siente nostálgico y quiere recordar ese sentimiento abrigador, me gusta sentirlo, creo que se le considera diario, recuerdo cuando mi madre, si se puede llamar a asi a alguien que te abandono como si fueras basura, me lo regalo, solía amarla, con cada parte de mi corazon, recuerdo escucharla cantar, enseñarme a leer, llevarme a la escuela, cosas que hacen las madres normales, hasta que un día, solo, ya no volvió, y eso fue en mi cumpleaños número diez, y ese día, la persona que solía llamarse mi madre, murio para mi.
Ahora me encontraba en el asiento de un camión con destino a Mystic Falls, el pueblo donde creció Isobel, no se por que me nombró igual que ella, odio a las personas que se llaman igual a sus padres, les falta creatividad, por eso solo me dicen Izzy, nada de Isobel si quieren seguir viviendo, la gran pregunta que me he hecho las últimas horas es..
Por que decidí venir?
Mi abuela me había confesado la verdad sobre mi padre, pero claramente el sujeto no me quiso si me abandonó en primer lugar, pero, la sensación de sentirse sola en el mundo, de no tener a nadie, duele más que mi orgullo, tal vez si me daba una explicación del por que me dejo, podría entender, sabía que Isobel se embarazó muy joven, recuerdo que muchos la confundían con ser mi hermana, no conozco su historia, Isobel nunca habló de el, pareciera como si nunca hubiera existido, ella era una caja de secretos, solo sabías lo que quería que supieras, misteriosa, y ahora, solo tengo puesta mi fé en un hombre que tal vez no me quiera, a uno que ni siquiera conozco más que se llama John Gilbert, y vive en este pueblo, necesito respuestas, y posiblemente el podría dármelas.
Era tarde y el camión se había detenido, finalmente estaba por comenzar mi historia, no negaba que me sudaban las manos, y que mis nervios me daban ansiedad, era muy posible que el tuviera una familia y que me de un dinero extra para que huya del país, aunque, no me quejaría en realidad, pero no quiero tampoco sentir que soy una carga. Al bajar el aire fresco se impregna en mis pulmones, la luz brillante evadía mi vista, el lugar era hermoso, sacado de pinterest o de esas películas tétricas donde personas van a visitar de vacaciones un pueblo un y no vuelven, era cálido, acogedor, tenía algo que me hacía sentir familiar.
-¿Quieres ayuda con tus maletas?- me pregunta el conductor y sonrío ligeramente
- si, por favor - va a la parte trasera para conseguir mi maleta
Había gastado mis últimos dólares en este viaje, al menos espero que mi instancia dure más que lo del viaje, o que John me rembolse el dinero.
Después de tomar mis maletas, pedí ayuda con algunas indicaciones, ya que no conocía la ciudad, y parecía que tenían un evento, todo estaba decorado y iluminado.
- disculpe - me acerco a una oficial, era rubia y parecía amable
- si, ¿necesitas algo linda? - asiento y saco una nota de mi bolsillo
