CAPÍTULO 3

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La pelinegra terminó de preparar la mamadera del pequeño mientras que noah había ido a hablar con elle en el jardín de la casa

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La pelinegra terminó de preparar la mamadera del pequeño mientras que noah había ido a hablar con elle en el jardín de la casa. Olivia no estaba segura de que pasaba entre esos dos, pero tampoco quería hacer muchas preguntas al respecto para no invadir la privacidad de nadie.

Tampoco iba a negar que un poco le molestaba verlo tan cerca de otra mujer, pero ella ya no era nadie para decirle algo.

Lo espero en el sofá de la casa mientras le daba la mamadera al bebé. Cuando ellos volvieron a entrar, elle subió las escaleras molesta y él se sentó a su lado con una leve sonrisa.

Frunció el ceño.—¿Todo esta bien, noah? ¿Hay algo que debería saber? No quiero molestar a nadie.

—No, tranquila. Todo esta bien, no molestas a nadie oli.—Le aseguro con una pequeña sonrisa y la mirada puesta en el bebé.

—¿Y qué ha sido de ti estos tiempos? ¿No hay una nueva chica?—Le pregunto con diversión, pero él negó suavemente ante eso.

—No me he tenido un buen comportamiento desde que te fuiste. Nada fue igual para mi cuando te fuiste, pero era de esperarse.—Contesto con tranquilidad.

—¿De qué hablas?

Suspiro.—Fiestas, alcohol, chicas distintas todas las noches.. —Confesó mirándola.—Estaba buscando llenar el vacío que me dejaste.. no te culpo, pero era lo que me tenía distraído para no pensar en ti.

—Oh.. lo siento.—Se disculpo.

—¿Y tú? ¿Como has estado?—Le pregunto intentando evadir el tema de él.

—Bueno.. podría haber sido mejor, sabes..—Suspiro.—Cuando llegue me entere que estaba embarazada de dos meses y tuve tanto miedo, fue difícil pasar por eso sola, pero la recompensa fue lo mejor.—Murmuro mirando al pequeño en sus brazos.

Los ojos café de ella tenían un brillo triste y eso le generaba escalofríos.

—Lo lamento, oli.—Se disculpo.—Me hubiera encantado haberte podido acompañarte en eso.

—Lo importante es esto, noah. Que ahora puedes estar con él y esa es la mejor parte.—Murmuro con una gran sonrisa.

—Si.. —Susurro apoyando su dedo sobre la mano del bebe, acariciandolo. Se veía tan pequeño y frágil que lo asustaba el solo hecho de tener que tocarlo, sentía que podía lastimarlo y no quería.

—No vas a lastimarlo, noah.—Le aseguro con una pequeña sonrisa, él la miró sin creerle.—¿Quieres intentar sostenerlo?—Pregunto.

—Oli..

—Tienes que hacerlo, noah.—Murmuro suavemente mientras lo ayudaba a acomodar sus brazos para que pudiera sostenerlo firmemente.—No tengas miedo, noah.—Pidió antes de pasarle al pequeño, pero de todas formas no alejo sus manos hasta que vio, que noah estaba seguro.

—¿Por qué es tan pequeño?—Pregunto sin sacar su mirada del pequeño, quien lo estaba mirando fijamente mientras balbuceaba.

—Porque es un bebe de dos meses, noah.—Contesto como si no fuera obvio aquello.

—Tiene tu nariz.—Musito de forma repentina y levantó su mirada para mirarla a ella con una sonrisa. Se sentía feliz y hace mucho tiempo no se sentía de esa forma.

Ella negó.—Es identifico a ti cuando eras pequeño. Tu madre me volvió a mostrar tus fotos de bebe y son iguales.—Le aseguro.

—¿Mi madre sabe?

—Si.. ella me ayudo a que todo esto fuera posible.

—Oh.. wow.. ella debe estar tan feliz con esto.

—Si, lo está.

𝑃𝐸𝑄𝑈𝐸ñ𝑂 𝐹𝐿𝑌𝑁𝑁 Where stories live. Discover now