A la hora de pedir dulces de boda hay que tener una actitud de cortesía, ¿verdad?
Aunque Che Meng solía ser un poco extraña, al menos le habló con buena voz y la felicitó. Pero ¿qué pasa con Ma Guifen? Dijo todas esas cosas como si se las debiera, y ahora incluso se está comparando con Che Meng.
¿Quién dice que si le da algo a Che Meng, tiene que darle también una parte a Ma Guifen?
—Camarada Ma Guifen, sin mencionar que los caramelos son míos, no puedes controlar a quién quiero dárselos. Al menos, Che Meng me felicitó y me lo pidió muy cortésmente. ¿Pero qué hay de ti? No des todo por sentado, como si los demás te debieran algo. Simplemente no quiero darte dulces, entonces, ¿qué puedes hacer?
Zhou Meiling también quedó atónita y le dijo a Ma Guifen:
—Oh, es cierto, algunas personas son simplemente desvergonzados, piensan que merecen recibir lo que otros den, si tienen la habilidad ¿por qué no van y simplemente lo toman? ¡Creo que habrían tenido una buena vida hace tiempo si así fuera!
Ma Guifen estaba tan frustrada que no se le ocurrió nada que decir para rebatirle.
—"¡Eres tan tacaña que ni siquiera puedes dar dulces a tus vecinos cuando estás casado, es la primera vez que veo a alguien tan tacaño como tú!
A Zhao Xiulan le hizo gracia.
—Eres tan generosa, ¿por qué te comparas con alguien como yo? No te veo regalando golosinas a los demás.
—Si no quieres, simplemente di que no lo darás. ¿Por qué dices tantas tonterías? No sé si tu hombre estaba ciego para casarse con una mujer como tú. —Después de que terminó de hablar, Ma Guifen se dio la vuelta enojada y regresó a su casa.
—Hermana Xiulan, no le prestes atención. Simplemente tienen una enfermedad mental, no tiene sentido discutir con este tipo de personas —Zhou Meiling la consoló.
—Cuñada, lo sé, discutir con este tipo de personas es buscar problemas.
Zhao Xiulan no tomó en serio a Ma Guifen, por lo que se dirigió a la casa de Song Caixia, le preguntó sobre la situación y le habló de sus abuelos. Lu Qingguo no podrá tomarse vacaciones en un tiempo, pero Song Caixia le dijo a Zhao Xiulan que no se preocupara, que definitivamente podría resolver los asuntos de los ancianos.
Cuando llegó la hora de almorzar, Zhao Xiulan se apresuró a regresar para preparar el almuerzo. Era el último de los tres días posteriores a la boda, así que sus abuelos le impidieron hacer ningún trabajo, y Bixiufang se encargó de la comida. Sus habilidades culinarias eran buenas, no tanto como Zhao Xiulan, pero mucho mejores que las de Ma Yumei.
Sabiendo que estaba a punto de irse, los ancianos se mostraron reacios a despedirse, por lo que también cocinaron mucha comida deliciosa para ella.
Por la tarde, Zhao Xiulan fue a la oficina de correos y envió algunos dulces a sus compañeras de dormitorio, así como a Wang Xuemei y Qiao Hui, y al mismo tiempo envió algunos pequeños regalos, hebillas de pelo, broches, cremas para la piel, etc., como muestra de su agradecimiento.
Tras permanecer en el condado dos o tres días, Zhao Xulan y Jiang Cheng se prepararon para viajar a Ciudad Lu.
Antes de partir, Zhao Xiulan preparó especialmente comida deliciosa para el camino. Patas de pollo al limón, cerdo crujiente, corvina amarilla frita, cerdo estofado y huevos, etc., no faltan preparaciones.
Cargaban muchas bolsas grandes y pequeñas, pero incluso si hubiera tanta comida deliciosa en el camino, probablemente se la comerían rápidamente. Con un glotón como Jiang Ping, no había necesidad de preocuparse por preparar demasiadas cosas, por lo que Zhao Xiulan preparó tanto como le fue posible.
