—Sí, ¡he vuelto!
—Xiulan, ¿cuándo regresaste? ¿Por qué no lo dijiste antes?
Zhao Weiguo solo sabía que Zhao Xiulan regresaría, pero no sabía que regresaría hoy y pensó que tomaría unos días.
Si hubiera sabido esto antes, definitivamente habría tomado una licencia del equipo de producción con anticipación para recogerla.
—El tren llegó por la mañana y Lan Lan me trajo de regreso.
—¡Qué bien! —Zhao Weiguo asintió.
Ma Yumei se acercó con la bebé en brazos y saludó a Zhao Xiulan:
—¿Xiulan ha vuelto? Jaja, no esperaba que volvieras hoy, ¡pensé que tomaría unos días! Afortunadamente, he organizado tu ropa de cama con anticipación; así dormirás con comodidad.
Zhao Xiulan tuvo un ligero cambio de ánimo, parecía que su habitación realmente había sido ordenada por Ma Yumei.
—Hermana, es genial que hayas vuelto, ¡te extrañé mucho! —dijo Zhao Xiuzhu, mientras la abrazaba.
Crecieron juntas y tenían un fuerte vínculo, así que es natural que se hayan extrañado tanto en esta separación de un año.
Zhao Xiulan echó un vistazo a Zhao Xiuzhu, le tocó la cabeza y dijo:
—¡Xiuzhu, has crecido mucho!
—Hermana, has crecido más y te has vuelto blanca. ¡Te ves muy guapa ahora! —elogió Zhao Xiuzhu sin dudarlo.
—¡Ay, tu boquita también es mucho más dulce! ¿estudiaste mucho en la escuela?
—Oye, hermana, recuerdo todo lo que dijiste. ¡Estudio mucho todos los días en la escuela e iré a la universidad como mi cuñado!
—No está mal, tienes ambición —dijo Zhao Xiulan, apretando su nariz.
—Hermana, mira, mi certificado de mérito está colgado en la pared. ¡Obtuve el primer lugar en el examen final de este semestre! —Zhao Xiuzhu arrastró a Zhao Xiulan a la habitación y señaló su diploma pegado en la pared.
¡Es realmente la número uno!
Zhao Xiulan siempre supo que su hermana era muy inteligente; en realidad ganó el primer lugar en la clase.
—¡Xiuzhu, eres increíble!
—Hermana, no soy tan buena como tú, eres la más inteligente.
—¡Y además aduladora! —se burlo Zhao Xiulan.
Zhao Weiguo se emocionó al ver tal escena, ya que el ambiente en casa no era tan bueno sin Zhao Xiulan.
Ahora que está de regreso, todo tiene un sentimiento diferente.
Al verla volverse más destacada, siente que ella es la prueba de que es mejor vivir en una gran ciudad. Después de permanecer en la capital provincial durante mucho tiempo, ha perdido el encanto rústico y se ve mejor que una citadina.
—Xiulan, ¿no estás cansada? ¿Quieres que te prepare una taza de agua con azúcar morena? Dime si tienes hambre, cocinaré para tí —preguntó Ma Yumei.
—Tía Mei, no gracias, no beber agua. He descansado por la tarde, no estoy cansada ahora —respondió Zhao Xiulan—. Acabas de volver del trabajo, descansa, yo prepararé la cena.
Al ver las gotas de sudor en la frente de Ma Yumei, supo que había trabajado mucho.
Y estaría más agotada si volviera a casa para servir a su familia.
