-Sabes que estoy dispuesto a irme a una guerra por ti, solo tienes que decírmelo.

-No. Esta es nuestra pelea, no la tuya. No llevaras a tu país a una guerra sin sentido.

El ya pelea de mi lado pero si lo hace oficial utilizando todo su poder, también se convertirá en un blanco y yo no estoy dispuesta a ponerlo en la mira porque si le pasa algo me muero.

-Si tocan a mi hija, me tocan la piel y si me tocan la piel, les jodo el maldito país.

-Ellos quieren a Máximo, pero yo no estoy dispuesta a dárselos, primero deben asesinarme y enterrarme para que si quiera intenten cazarlo.

-Ninguno de todos los que estamos a tu alrededor dejaríamos que te asesinen y mucho menos que te entierren, hija.

Recuesto mi cabeza sobre su hombro.

-Necesito que me ayudes con algo, padre.

-Pídeme lo que sea y te lo daré.-dice ligero de preocupaciones porque para él es sencillo conseguir todo lo que desee.

Tiene el mundo a sus pies.

-Necesito que dejes ingresar al FBI y al ejército de los EE.UU a Italia.

Un musculo en su mentón se tensa y sus ojos grises se oscurecen.

-¿Qué has dicho?

-Lo que has escuchado, padre.-frunce el ceño un poco molesto.

-¿Y porque mierda haría eso? Si invaden mi territorio derribare todas sus malditas avionetas.

-Porque quiero que me capturen por el asesinato de la general a la que le abrí el tórax en Washington D. C.

-¿Con que fin quieres que te capturen?-sonrió, él ya va entendiendo la cosa.

-Porque voy a convertirle en un mierdero la cárcel de máxima seguridad de la que se jacta tanto.

-¿Iras a matar a los presos?

-Si pero antes hare que vengan por mí, lograre mi cometido cuando esté detrás de las rejas y luego saldré libre con mi dignidad intacta porque no habrá pruebas que me conecten.

-¿Y si lo hace?-cuestiona levantando sus pobladas cejas.-Te hundirán en la cárcel.

Niego sonriendo de forma enfermiza.

-No. Porque tengo un video completo donde se evidencia que en aquella ocasión estuve de compras todo el día.-su risa se escucha por toda su oficina.-Ya sabes, fui por carteras, tacones, joyas, me detuve a tomar un café y luego seguí con la compra de lentes de sol.

-Gozando de las vanidades a las que te acostumbro tu grandioso padre.

-Siguiendo su claro ejemplo.

-¿Cómo será la detención?-quiere saber.

-Primero pondré a todo Italia de mi lado, al momento de mi detención la prensa estará esperando fuera de mi mansión ya que filtrare la noticia y cuando invadan mi jardín me mostrare como la mujer inocente que soy, sin tener conocimiento de porque me detienen. Ante sus ojos del mundo seré la víctima, cuando en realidad soy el verdugo.

-Hare mi parte. Haz la tuya.-beso su mejilla de felicidad.

-Claro que hare la mia. Muero de ganas por hacerla.

-No me refiero a eso.-frunzo el ceño sin saber a qué se refiere.

-¿Entonces?

-Regresa viva. Te quiero aquí sin ninguna herida.

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